Capítulo 42 - No renunciare a mi hijo

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POV Letizia

Había hablado con Raul, en principio solo serían unos minutos, pues yo no quería llegar tarde al trabajo, pero sin darme cuenta, esos minutos se transformaron en horas.

—No estuvo bien, fue un impulso de mi parte. Por tu condición era notorio que no estabas bien, y yo...

—Dime una cosa, Raul. ¿Yo te gusto? —decidí ser directa.

—Letizia... —él guardó silencio—. Yo quise mucho a alguien...

—Pero no he preguntado eso. Raul, yo necesito saber la verdad. Son esos malentendidos los que hacen que la amistad se rompa. Yo te quiero, pero más allá...

—No tienes que preocuparte —me respondió—. Al principio fue solo un juego, pero creo que me dejé llevar por el ambiente.

—Entonces...

—No, no volverá a ocurrir —contestó sonriendo como era costumbre, pero sentía que algo estaba ocultado.

—De acuerdo —respondí cautelosa—. Y ahora que estamos aquí, me comentaste por el celular que también tenías algo importante que decirme.

—Es precisamente eso lo que creo que te dejó en ese estado aquella noche.

—¿Hablas de las bebidas?

—Exacto, Letizia, el caso de los chocolates y esa bebida, solo indican que hay alguien que quiere hacerte daño, y esa persona es una mujer.

—¿Cómo puedes estar seguro de ello?

—Porque yo lo vi.

—¿La viste? ¿Cómo es eso? Explícame.

—Letizia, fue una mujer. Luego de que tú y Felipe se fueran. Una mujer que traía la bandeja con las copas, estaba echando gotas de una botella minúscula. Al parecer pretendía dañar a todos los asistentes del evento, su objetivo era arruinar el arduo trabajo que hiciste. Pensando en lo dicho por Raul, recordé a Sonsoles; eso explicaba que ella hubiera estado afectada.

—Bueno, ¿y la reconociste?

—No, pero ya con esto podemos relacionar lo de los chocolates. Lo único que se me ocurrió fue tirar todas las copas por "accidente" pero tienes que tener cuidado Letizia.

—Por supuesto que lo tendré, solo una cosa, ¿por qué no diste aviso?

—Porque pensé en que esto te afectaría. Había muchas cámaras y todos los medios se enfocarían en lo malo y no en lo bueno que resultó tu trabajo.

—Agradezco tu ayuda, y que me hayas dicho esto. Solo me queda ir con Felipe y advertirle de que alguien nos quiere sabotear, pediré las cámaras del hotel, yo no voy a quedarme en paz hasta saber quién quiere arruinarme, aunque tengo sospechas, pero por otra parte sería imposible, esa persona tiene prohibido el ingreso, y había muchos hombres de seguridad. Parece imposible desear la tranquilidad.

Me despedí de Raul y volví a mi camioneta, llegué a la empresa, con tantas cosas en la cabeza, pensaba en la conversación que tuve con la maestra de Leonor y luego lo de Raul.

—Vamos Letizia, tu puedes con esto —me di ánimos tras estacionarme. Ya nada podía empeorar este día, ¿verdad? Fue muy pronto para cantar victoria.

...

Literalmente estaba acorralada por Felipe, mi espalda era presionada contra la pared y mis piernas estaban en el aire, mientras que delante de mí, tenía las manos de mi ex esposo sosteniendo mis muslos, su boca devoraba la mía, no me daba tiempo ni para respirar. Mientras más lo empujaba, más sentía su fuerza.

AHORA ESTOY DIVORCIADA (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora