Letizia, anoche...
Sus dedos resbalan de mi mejilla y es cuando su celular llamo la atención.
—Deberías contestar, quizás sea del trabajo —comenté, poniéndome de pie para ir a la cocina—. Voy por un jugo, también me ha dado sed. Me retiro, dejando a Felipe concentrado en su llamada. No mentí al decir que me siento sedienta, parece mentira, pero incluso mi cara está caliente, como si hubiera corrido una larga maratón.
—De acuerdo, esto no es normal —dije al tocar mi frente—. Lo más probable es que se trate de una fiebre. No quiero enfermarme a estas alturas, ya tengo suficiente con esta herida en mi cabeza.
Después de beber el jugo, regreso a la sala; donde Felipe está terminando su llamada y baja la cabeza, al mismo tiempo que se lleva las manos a su cabello. Conozco esa expresión, sé que algo lo está atormentando.
—¿Qué pasó? No te ves bien —me acerco, tomando asiento a su lado—. ¿Era la policía? ¿No podrán ayudar?
—No, no se trata de eso. Era... Era mi abuelo desde el hospital —contesta, echando su cabeza en el respaldo del sofá.
—¿Le ha sucedido algo? ¿Está mal? ¿Por qué está en el hospital? ¿Estará bien? Mis preguntas salieron disparadas como balas de mi boca, no parecían detenerse.
—Tranquila, no es nada de lo que crees —me dice, levantando los manos para pedirme calma—. En realidad, es sobre otro tema, algo que no quisiera tener que ver.
—No comprendo, entonces, ¿qué hace el señor Fernando en el hospital?
—Es por mi padre —contesta, sin nada de emoción. Soy consciente de la pésima relación que Felipe llevaba con su progenitor. En todo el tiempo que llevé de casada, solo habíamos tenido su visita en dos ocasiones, mas creí que sus problemas se habían solucionado.
—¿Qué sucede con él?
Felipe exhaló, levantando la cara al candelabro, que iluminaba la sala.
—Tal parece que quiere irse sin rencores guardados. Maldito egoísta —se burló.
—¿Irse? Pero según tengo entendido él está en América ¿verdad?
—Correcto, lo estaba, pero para un parásito chupasangre como él que solo sabe gastar y gastar, nunca es suficiente —apretando sus manos a sus rodillas, soltó una risa llena de amargura—. No estuvo presente en ningún evento importante de mi vida, y ahora que está agonizando, quiere verme... ¡Qué gran padre! —exclamó sonriendo, pero con una carga emocional que me dejó pensativa—. Solo es un viejo que no quiere morir solo, que se vaya al infierno si lo desea.
Entonces, pensé en aquello que también me carcomía por dentro. La relación con mi padre no fue la mejor, pero a diferencia de Felipe, él mío solo era un interesado en el dinero, estuvo presente cierta parte de mi vida, sobre todo tras la muerte de mi madre, pero en el caso de él, es claro que le duele odiarlo.
—No tenía idea de que tu padre estaba enfermo.
—Yo menos, me acabo de enterar está mañana. El abuelo vino a decirme que es probable que no pase de esta noche, por lo tanto, ahora quiere verme.
—¿Y no estás interesado en verlo?
—Por nada del mundo, eso no me interesa. Lo único que me importa es que Leonor esté bien, si ese viejo muere, no me afectará en lo más mínimo.
Cerré los ojos, pensando en qué podría decirle, sinceramente no soy la más indicada, pero honestamente a mí tampoco me gustaría morir en soledad. Debe ser una sensación que despierta miedo y al mismo tiempo un vacío interior.
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AHORA ESTOY DIVORCIADA (Adaptación)
RomanceBueno! Aqui voy con mi primera adaptación. Con amor para todos ustedes <3