Capítulo 81 - Agradecidos

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—Así que tu amigo es otro Ortiz. Esa sí es una sorpresa.

—Dímelo a mí, abuelo. Yo ni podía creerlo, aunque, después de esto imagino que eso de que la sangre llama, es cierto.

—Tú sentiste con tu hija.

—Así fue, surgió un cariño de inmediato, y estuve pensando en hacer algo.

—¿De qué se trata?

Acomodándome en una mejor posición en el sofá, apoyé mis brazos sobre mis rodillas y le revelé a mi abuelo lo que planeaba hacer.

—Tengo que ir a hablar con alguien especial, y darle las gracias personalmente por todo lo que ha hecho en el tiempo que yo no estuve con ellas.

—¿A quién te refieres, hijo?

Mi abuelo levantó una ceja, tratando de entender a quién me refería yo exactamente.

—A un tipo que, si bien no conocí personalmente, le debo mucho, y creo que jamás lograré saldar mi deuda con él, me refiero a Alonso.

—¿Hablaste del ex esposo fallecido de Letizia? —yo afirmé con mi cabeza, provocando el asombro en la expresión de mi abuelo—. Vaya, no sé qué decirte al respecto, me dejas sin palabras. Nunca imaginé que te atrevieras a hacer algo como eso.

—Descuida, abuelo. Yo tampoco lo imaginé, pero creo que es justo, considero que ese hombre no fue malo. Él solo ayudó a quienes más lo necesitaban, además me consideró lo suficientemente importante como para escribirme.

—Hijo —sonrió con orgullo—. Me dejas una gran lección, has madurado mucho en tu manera de pensar y actuar.

—Yo no lo llamaría a madurar, simplemente estoy reconociendo lo que no se puede ocultar con el dedo, ese hombre hizo en meses lo que yo no pude hacer en años, y aunque Letizia no me lo diga, yo sé que lo quiso mucho, por lo que estoy dispuesto a aceptar que formó parte de su vida, así como el de mi hija. Jamás voy a imponer algo que ellas no quieran.

—Yo solo tengo una gran duda, hijo. Tú realmente querías a Letizia, no querías separarte de ella, entonces, explícame por qué quedaste con Isabel, aún después de haber perdido supuestamente al falso hijo que esperaba.

—Ya lo dije una vez abuelo, era la culpa. Yo sentía culpa al pensar que ella sufría por la pérdida de un niño que jamás existió.

—Felipe, sé que soy un anciano, pero no intentes verme la cara de tonto. Tú escondes algo más, y esa fue la mayor razón que te hizo alejarte de Letizia.

—¡No existe ninguna otra razón, abuelo! Tenlo claro por favor. Ya he tenido suficientes malentendidos en mi vida, como para que exista otro.

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POV Ana

—Cuando Álvaro me lo dijo, ni yo lo creí. No puedo creer no somos amigas, pero además seremos familia —dijo Sonsoles, sin contener sus emociones en los movimientos descoordinados de sus manos.

—Nadie lo esperaba, amiga.

—Bueno, admito que, en un principio, pensé que tú le gustabas, y sentí cierta molestia, sin embargo, saber esto me tranquiliza un poco.

—¡Ay por Dios! ¿Tú también creías eso?

—Solo es un decir.

—¡Espera! Ya comprendo, entonces a ti te gustaba Álvaro desde antes, simplemente no querías admitirlo.

—Yo no... No... —se puso nerviosa—. ¡Ay no te rías! Bueno, un poco... Si ese regala donas me sacaba de mis casillas.

—Pero ahora no debe hacerte enojar, al contrario, debe hacerte feliz, para que este bebé nazca sano y fuerte —comenté, pasando mis dedos en el vientre plano de mi amiga—. Por cierto, ya has empezado a ir a tus terapias.

AHORA ESTOY DIVORCIADA (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora