Capítulo 62 - Incomodo

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POV Letizia

Me quedé mirando desde la puerta como Felipe dejaba a Leonor en su cama, para luego contemplarla mientras ella dormía. Era una escena que me conmovió tanto, al punto de sentir ese nudo en mi garganta. Yo estaba muy feliz por mi hija.

—Ahora está en tus manos, Felipe. Por favor, nunca le falles, y amala como solo una hija merece ser amada por su padre. Nunca permitas que esa sonrisa se borre de su rostro y haz que tenga confianza en tí —dije en mis pensamientos.

Su mano fue a posarse en la cabeza de nuestra hija, dejándole un beso en la frente. Sorpresivamente Camilo me atendió un pañuelo sobre el hombro

—¿Cuánto tiempo llevas ahí? —le pregunté en un susurro.

—Lo suficiente como para no dejar de llorar.

Acepté el pañuelo que él me entregó y limpié las pequeñas gotas qué se habían asomado en mis mejillas.

—Está bien son padre e hija, merecían este momento. No debí quitarles esa oportunidad durante tanto tiempo.

—Ya están juntos, reina. Ahora dependerá de él mantener el cariño que su hija le está entregando.

—Pues eso espero, no hay nada más difícil y doloroso que la decepción.

Felipe se levantó y se preparaba para salir de la habitación, encontrándose con Camilo y conmigo.

—Se quedó dormida muy rápido.

—Sí, así es ella. Apenas se recuesta, cae rendida en los brazos de Morfeo.

—Bueno, yo los dejo, Debo irme a preparar la cena —anunció Camilo dejándonos a solas.

—¿Te quedas cenar? —le ofrecí amablemente. Después de un largo día, apenas y habíamos comido algo, por lo que pensé que sería buena idea invitarlo a quedarse.

—Me encantaría, si es que no es una molestia para ti.

—No es ninguna molestia, además tendremos que aprender a llevarnos bien por el bien de Leonor, podrás venir a visitarla cuando desees, si quieres salir con ella, no me enojaré, estás en todo tu derecho.

—Gracias Letizia, esto significa mucho para mí. Que te preocupes por mí es...

—No —lo detuve antes de que continuará—. No lo tomes a mal ni como egoísmo, pero esto no lo hago por ti, si he aceptado qué formes parte de la vida de mi hija, es precisamente por ella. Leonor necesitaba a un padre, a uno al que pueda abrazar, contarle sus anécdotas, preguntarle alguna curiosidad que ella tenga. Por lo tanto, entre tú y yo debe haber una relación cordial, respetarnos mutuamente para que ella no tenga ningún problema o dudas en su entorno.

—De acuerdo —me contestó, demostrando un comportamiento bastante calmado.

—Pero esto no afecta lo que suceda en el trabajo, nosotros... ¡Mmm! ¡Felipe! —le grité, luego de que él me robara un beso mientras yo estaba explicando—. ¿Qué te acabo de decir? O es que no me escuchaste.

—Te escuché perfectamente.

—Entonces, ¿qué demonios te ocurre? No puedes tener esos arrebatos teniendo a la niña tan cerca, si nos ve, estará muy confundida.

—Bien, ganas. No lo volveré a hacer.

—Eso espero. Por favor, quiero llevar la fiesta en paz.

—Ya te dije que no lo volveré a hacer... Delante de la niña.

—¡Hablo en serio! —mostré seriedad—. Somos dos adultos, comportémonos como tal. ¿Por qué se comportaba de esta manera? Él debe entender y no cruzar la línea del respeto.

AHORA ESTOY DIVORCIADA (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora