AHORA ESTOY DIVORCIADA (Adaptación)

Capítulo 85 - No quiero ser tu Romeo

Esa noche sentí la caricia más suave que pude haber sentido. Cerré los ojos dejándome llevar por su fragancia a gardenias y la sensación de seguridad que solo tenía cuando se trataba de ella. No sabía si estaba soñando, pero cuando empecé a cerrar los ojos, noté el contorno de unos labios sonriéndome.

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Un mes después

Estamos a solo dos semanas de la presentación del proyecto en el que todos trabajamos. Hoy hemos tenido la última reunión, y debido a las ganancias en nuestro último desfile, habíamos recuperado el hotel que usábamos anteriormente para nuestras presentaciones. Finalmente, todo iba tomando su lugar.

—¡Papi!

Letizia y yo hoy íbamos saliendo de la sala de juntas, cuando escuchamos la pequeña voz de nuestra hija, y sus pequeños pies corriendo hacia nosotros.

—Leonor, ¿qué haces aquí cariño? Pensé que estabas...

—En la escuela —añadió Camilo, respondiendo a Letizia, mientras yo cargaba a mi hija en mis brazos.

—Bueno, llamaron de la escuela y nos avisaron de que saldría más temprano. Ella estaba muy insistente en querer conocer dónde estaban sus papás, así que, la traje un momento.

—Vi a muchas señoras bonitas usando ropa elegante, mami.

—Esas eran las modelos, seguramente están ensayando.

—Pero mi mami es más bonita, ¿verdad papi?

—Cariño...

—No, está bien Letizia. Puedo responder eso sin ningún problema, tu mamá es muy bonita, más que otra mujer que estos ojos hayan visto. Letizia se acomodó el cabello detrás de su oreja, al mismo tiempo que sus mejillas se ruborizaban levemente.

—Leonor, pequeña —Álvaro se había acercado—. No sabía que habías venido a visitarnos. De haberlo sabido te habría comprado algunos chocolates, sé que les encantan mucho a los niños.

—No, chocolates no, tío Álvaro. La última vez que comí unos, estuve en el hospital y mi mami se puso muy triste.

—Tienes razón, yo también terminé igual, aunque lo mío fue más por el maní.

—Tío, ¿y cuándo llegará tu bebé? He visto a mi tía, pero aún no se nota el bebé en su pancita.

—Tranquila pequeña, eso es normal, porque aún es muy pequeño, pero conforme el tiempo pase, el bebé crecerá dentro de ella, y cuando esté listo, podrás conocerlo.

—Estoy ansiosa por conocer a mi primito, jugaré mucho con él, le prestaré mis juguetes y le enseñaré a pintar.

—¿De modo que también sabes pintar? —comentó Álvaro mirándome fijamente.

—A tu padre también le gustaba, sin embargo, tuvo que cambiar ciertas preferencias.

—Sí, mi mami me contó que a papi le gustaba mucho pintar, pero tuvo que cambiarlo para ser quién es ahora.

—He tenido que cambiar muchas cosas, pero definitivamente jamás cambiaría a mi pequeña princesa por nada en el mundo.

—Hermosa, no sabía que estabas aquí.

—¡Tía Sonsoles! —moviendo sus brazos, Leonor quería ir a abrazar a la amiga de su mamá, por lo que la bajé de mis brazos para que ella fuera a recibirla.

—¿Cómo estás pequeña? ¿y qué raro verte aquí?

—Vine a ver a mis papis, y también a tío Álvaro, ya me dijo que el bebé que ustedes están esperando aún es muy pequeño, ¿cuándo llegará?