AHORA ESTOY DIVORCIADA (Adaptación)

Capítulo 19 - Descubierta

POV Raúl

—¿Entonces aceptas? Será esta noche —dije satisfecho—. Por supuesto que puedes traer a Leonor. Tengo una sorpresa para ambas. Letizia había aceptado verme está noche. Su compañía siempre era de mi agrado, además de que estaba seguro que ella aceptaría encantada mi obsequio. Yo jamás fallaba con mis promesas. Y aunque la última vez recibí tremendo golpe que aún me duele, esta vez solo me había dolido el bolsillo.

—Vale la pena —dije, mientras estaba en mi consultorio, esperando a la siguiente paciente.

—¿Puedo pasar? —dijo una joven muy atractiva.

—Adelante, los angelitos reciben consulta gratis.

No podía evitarlo, me decían coqueto, pero así era yo. Un encanto para quienes me conocían.

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POV Letizia

—Ay Raul, siempre me sacas una sonrisa, incluso cuando tengo que tratar con Felipe —me dije, acomodando mi bolso en el escritorio. El de seguridad había quedado en entregarme los videos hoy, de modo que simplemente salí para recibir lo que tanto necesitaba. Y como lo esperé, el señor fue muy amable en brindarme la filmación de las cámaras de mi oficina.

Ya en la comodidad de mi escritorio, me puse a revisar meticulosamente a cada persona que ingresaba, pero todo había sido cuando yo estaba presente. Esto era muy extraño. Alguien tuvo que cambiar los documentos por esas espantosas fotos. Miré la hora en los videos y noté un salto de tiempo.

—¿Qué? Esto no puede ser así. Debe ser un error. Me levanté de mi escritorio. Lo quiera o no, él debía saberlo. Llegué a su oficina y pedí a su secretaria que lo llamé, un minuto después, él salió serio.

—¿Qué pasa ahora?

—Esto —le mostré el usb con los videos.Felipe miró a sus empleadas y asintió.

—¿Puedo pasar? —le pregunté.

—Adelante —me dijo, entrando él y cerrando la puerta para evitar interrupciones.

—El de seguridad me entregó este usb con los videos que solicité. Estuve revisándolo y por más que busqué, no hay una persona que sea ajena a esta empresa, los que ingresaron eran solo el personal de limpieza y Sonsoles, pero fue ella la que se enteró de las fotos.

—Entonces fue la de limpieza.

—Tampoco, ella ni siquiera miró el contenido de mis documentos, pero descubrí algo más.

—¿De qué se trata?

—¿Me permites usar tu computadora?

—Adelante. Tome asiento en mi silla y empecé a buscar en la pantalla los videos que necesitaba.

—Aquí está, acércate —lo llamé haciendo una señal con mi mano. Él se inclinó ligeramente a mi lado, sosteniendo su peso con la mano apoyada en el escritorio.

—Mira aquí... Cuando volví a mirarlo, descubrí su rostro cerca de mi cuello, lo cual me tomó por total sorpresa.

—Gardenias... —murmuró, recibiendo el aroma de mi fragancia—. Siempre desprendes la misma esencia.

—¿Qué estás diciendo? Felipe, quiero que mires el video. Él apartó su nariz de mi cuello, mas no se alejó, estaba demasiado cerca, por lo que decidí levantarme de la silla.

—Siéntate y observa —le pedí, poniendo en marcha el video—. ¿Ves algo extraño?

—Parece que hay una interrupción, pero tal vez sea una falla de la cámara.