Capítulo 88 - La familia que me has dado

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POV Letizia

Mi cabeza no daba lugar a lo que estaba sucediendo, había tenido el cuidado de prevenirme llevando un preservativo conmigo, sin embargo, esto sucedía inesperadamente. Ya me había acomodado la ropa de nuevo, lo mismo que Felipe, sin embargo, yo me mantuve unos segundos pensativa por lo que acababa de ocurrir. Cuando de repente, sin ti los brazos de él rodeando mis hombros, para descansar su rostro en mi hombro.

—No quiero que sigas preocupada, sabes que lo que ocurrió no fue simplemente sexo.

Lo admito, esta vez incluso yo lo había sentido, lo necesitaba, incluso mi cuerpo vibró cuando sentía sus manos acariciarme y sus besos arrancarme gemidos que por más que intentaba ocultar, no lo lograba. ¿Qué clase de brujería había usado este hombre? ¿Por qué mi corazón latía de nuevo con fuerza? Que volví a sentir esa calidez que embargaba mi cuerpo.

—Pero sabes las consecuencias que habrá después de lo que hicimos —me di la vuelta para mirarlo a la cara apoyando mis manos en su pecho, al mismo tiempo que él las tomó, y besó mis manos sin apartarme la mirada.

—Ojitos, con bebé o no, no cambiará nada de lo que siento por ti, pero sí debo aceptar que me haría muy feliz verte con el vientre abultado, cargando a mi hijo, y no me refiero a solo observarlo en fotos, quiero tocarlo, besarlo, amarlo mientras te hago el amor.

—Aún no sabemos si existe ese bebé, sería mejor que no te ilusiones. Recuerda lo difícil que fue concebir a Leonor. Duramos tres años intentándolo y no ocurrió hasta que...

—Hasta que admití mi amor por ti —añadió—. Ojitos, tal vez el amor a primera vista no es lo mío, pero conforme pasaba más momentos contigo, te fuiste apoderando de todo lo que sentía, no había momento día ni noche en que no pensara en estos hermosos labios, cuando me sonreían aún en mi época de inmadurez, donde solo cometía errores y tonterías de las que hasta yo me avergonzaría. Siempre fuiste lo único que me hacía mantener los pies en tierra firme.

Puede que algo raro ocurra con nosotros, que solo podamos tener hijos cuando el amor sea mutuo, por eso podemos afirmar que nuestra hija es fruto de ese amor de ambos, mas ahora yo te amo, aunque sé que tú tienes dudas de ello. Así que, debes estar tranquila, mi amor. El bebé llegará solo cuando tú correspondas a lo que yo siento.

¿Cómo explicarlo? Se supone que ya no lo amo, pero cuando me mira de esa forma, cuando toma mis manos con tanta delicadeza y cuando me susurra; mi pulso se acelera.

—Nosotros solo estamos destinados a tener hijos del amor, porque solo habrá bebés cuando el amor sea mutuo.

Alguien tocó la puerta a nuestras espaldas, el seguro aún seguía puesto, de modo que, aproveché esta pequeña distracción para retirar mis dedos de las manos de Felipe Él entrecerró los ojos y se dirigió a abrir la puerta, momento en que yo aproveché para salir, sin tener que dar mayor explicación. No sé si lo ame, pero no puedo negar que me gusta, y que solo con él siento todas estas sensaciones revoloteando dentro de mí.

—Señora. Lancé un grito de sorpresa, luego de que alguien llamara y tocara mi hombro a la vez.

—Perdoné, no quise asustarla.

—No pasa nada, estoy bien. Dime, ¿qué ocurre?

—La señora Sonsoles se encuentra buscándola desde hace un rato, ella requiere su presencia para la prueba final de los vestidos que se usarán en el desfile que se aproxima.

—Sí, es verdad, en este momento voy.

—Con permiso —dijo la persona que había venido a buscarme por encargo de Sonsoles.

AHORA ESTOY DIVORCIADA (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora