—¡Es un niño! —exclamó Álvaro en alegría, cuando salió de la sala de partos.
En un abrir y cerrar de ojos, habían transcurrido los meses. Había llegado el día y el que el bebé de Sonsoles y Álvaro llegara a este mundo, todos en la sala nos llenamos de júbilo. La familia iba creciendo cada vez más y más, y aunque en mi caso aún no hubiera un nuevo bebé, me sentía muy feliz por el hijo de mi hermano y de mi amiga.
Minutos después, mi amiga salió de la sala, siendo trasladada a su habitación. Ella estaba despierta, y al vernos sonrió, estiró su mano logrando alcanzar la de su esposo, quiénes juntaron sus frentes llenos de orgullo.
—Ya llegará nuestro tiempo —dijo Felipe, encerrando mi cintura en sus brazos, parado detrás de mí.
Estoy pensando en acudir al médico para hacerme una revisión, quiero que estés presente, para ver si hay algún problema conmigo, descartar el hecho de que aún no haya quedado embarazada.
—Todo a su tiempo, ojitos. Mientras tanto, podemos seguir intentándolo.
—Sí, pero...
—No vas a decirme que no lo disfrutas, anoche no dejabas de pedirme que no parara, si no hubiera sido por la llamada de tu hermano para decirnos que Sonsoles estaba en labor de parto, hubiéramos terminado al amanecer.
De alguna manera presentí que me estaban escuchando, de modo que, palmeé el brazo de Felipe.
—No levantes tanto la voz.
—Está bien, no es necesario que lo diga para que todos sepan cuánto disfrutamos nuestras noches.
Con un escalofrío sentí la lengua de Felipe lamer mi cuello.
—¿Qué crees...? ¡Nos van a descubrir!
—Amor mío, solo estoy señalándote la marca de mis dientes.
Así que ese era el motivo de que me doliera, y yo ni siquiera lo había visto.
—¿Cuándo lo hiciste? —pregunté.
—Creo que fue hace dos días, aunque si continúo bajando encontraré más.
—No sé qué te ocurre. Estás fascinado con dejar marcas en toda mi piel.
—Recuerda que a mí también me gustaba pintar, ojitos.
—¿Y eso qué tiene que ver?
—Que tu cuerpo es un lienzo perfecto en el que puedo dejar todas mis marcas. Tu piel es suave, deliciosa, perfumada, una adicción total... —susurraba.
—Estás loco.
—Loco por llegar a casa y terminar lo que no pudimos culminar anoche.
—Ah... —gemí, cuando apretó mis glúteos con sus manos. Date cuenta dónde estamos.
—Creo que tienes razón, no es el momento —quitó sus manos de mis glúteos, pero al hacerlo los deslizó por mí cintura hasta subir por mis hombros. Este hombre es una tortura, sus manos saben dónde tocar. Con tan solo poner un dedo, mi cuerpo se pone caliente como un volcán en actividad. De repente ambos tuvimos que detenernos, al oír como Camilo se aclaraba la garganta.
—Parece que en menos de lo que canta el gallo tendré más sobrinos, fue su comentario luego de guiñarnos un ojo.
—No puedo creerlo, Camilo nos descubrió.
—¿Y qué tiene? Estoy seguro que hasta nos habrá escuchado antes.
—Ay... No, no me metas esas ideas en mi cabeza, porque no voy a poder ni verlo. ¿Sabes qué? La próxima vez que vayamos a hacerlo, no será en la casa, en todo caso será mejor cuando no haya nadie.
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AHORA ESTOY DIVORCIADA (Adaptación)
RomanceBueno! Aqui voy con mi primera adaptación. Con amor para todos ustedes <3