Capítulo 99 - Mi cuerpo tu lienzo

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No puedo, no puedo continuar sin ti... —cerré mis ojos, sumergiéndome en la oscuridad, más de pronto, sentí una mano suave acariciar mis mejillas.

— Felipe ... Cielo, despierta... Felipe ... Cariño.

Me desperté en el consultorio del médico, estaba en la camilla y el médico sonrió aliviado.

—¿Que-qué hago aquí? ¿He muerto? —dije, sin entender lo que pasaba.

—Morir, pero si usted goza de una buena salud.

— Felipe, ¿estás bien, cielo?

Fue entonces que Letizia apareció a mi lado, tomando mi mano y luego mi mejilla.

—Te desmayaste cuando el médico nos dijo que...

—¡Letizia! —con mis ojos bien abiertos, y el nudo en mi garganta, la abracé y toqué para asegurarme de que esto fuera real y que no se tratara de un sueño. La besé por todo el rostro, y ella se ruborizó por la mirada del doctor.

—Cielo...

—Letizia, no te vas a ir, ¿verdad? ¿No me vas a dejar? ¿No me dejarás de sonreír? No...

—Por supuesto que no. Jamás me iré, además, falta muy poco para nuestro matrimonio, ¿lo recuerdas? ¿Te golpeaste muy duro la cabeza?

—Pero si tu estas enfermas.

—¿Enferma? Cariño, creo que si te golpeaste muy fuerte cuando te desmayaste.

—¿Desmayarme?

—El médico nos estaba dando el resultado de mis exámenes, y apenas escuchaste que no tendríamos un bebé te desmayaste.

—Bueno, en parte es comprensible. Los embarazos gemelares siempre causan eso —dijo el doctor, acompañado de risas de la enfermera.

—¿Gemelos? —dije atónito—. Entonces... ¿No estás enferma? Esas marcas, el cansancio, tu sed constante..

—Esto tiene una explicación sencilla —añadió el médico—. Llevar una vida sedentaria y dedicada al trabajo, suele causar estos problemas, y lo de las marcas... Bueno señor, sea menos intenso con su futura esposa y madre de sus gemelos. Evite las mordidas y dar besitos, son más suaves.

—Eso quiere decir que... —llevé mis manos a su vientre y ella asintió sin dejar de sonreír.

—Fue la cabaña

Me levanté de la camilla con ella en mis brazos y dimos vueltas.

— Felipe, cuidado —me pidió.

—Oh, mi amor, perdona. Es que... No lo puedo creer, simplemente no lo puedo creer... —la emoción me ganó y no me contuve al llorar—. Estás aquí, y yo pensé que... que...

—Cariño... —sus manos sostuvieron mi rostro—. Te dije que hay mucho por escribir, nuestra vida sigue. Hay tanto por vivir y disfrutar, no lo olvides.


POV Letizia

Cuando Felipe se desmayó, la que casi se muere del susto fui yo. Cayó tan mal de la silla que su cabeza rebotó, y luego de estar inconsciente durante más de una hora, reaccionó y me abrazó con una desesperación que no entendía.

Pero sus sollozos de llanto cambiaron a una sonrisa de alegría, al saber que tendríamos gemelos. ¿Qué le había pasado? No dejaba de besarme la frente y mejillas. Sus manos me tocaban como queriendo asegurarse de que era real, pero al ver el miedo en sus ojos, le susurré con suavidad, hasta que fue calmando su llanto.

....................

—¿De verdad soñaste eso?

Ya en el auto, él me contó lo que había vivido mientras se había desmayado.

AHORA ESTOY DIVORCIADA (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora