Capítulo 32 - Papá

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Aquí estaba de regreso, llevando a Leonor en mis brazos, la arrullé a mi pecho. Sí, me siento agotada, en realidad hubiera querido llegar a casa y dormir un poco, pero hay pequeños detalles a los que no puedo negarme, y es la sonrisa llena de ilusión de mi hija.

—Está completamente dormida —comentó Raul, cuando me abrió la puerta del auto.

—Me recuerda a cuando la tuve por primera vez en mis brazos, me da tanta alegría tener aún la posibilidad de cargarla. Sé que va a crecer, y que un día estás manos ya no serán lo suficiente para levantarla. La amo como nunca amaré a nadie.

—Es un encanto de niña, tiene una gran suerte al tenerte como madre.

—Soy yo la afortunada, a veces pienso, ¿qué hubiera sido de mi vida si mis decisiones hubieran sido otras? Pero no me arrepiento. Si volviera a estar en la misma situación de elegir sacrificarme para que ella nazca, lo haría.

—Bien, ya hemos llegado.

Levanté la mirada frente a mi casa y supe que ya era la hora de despedirse.

—Dejaré a Leonor en su habitación, ¿deseas que llamé a un taxi para que te lleve?

—No hace falta, estoy bien. Puedo conseguirlo yo.

—En ese caso, que descanses. Solo un detalle.

—¿De qué se trata?

—Me siento encantada de saber que quieres a mi hija, pero te pido que no la vuelvas a sacarla sin mi consentimiento.

—Oh, no pensé que te molestaría.

—No es que me moleste, simplemente pienso como madre. Algo podría suceder en el camino, y yo no estaría enterada, mi angustia sería terrible. No te lo dije antes porque no quería que Leonor piense que estoy enojada.

—No, está bien, comprendo lo que dices, y te doy la razón. No lo había visto desde ese punto de vista, las calles son muy peligrosas, y el peligro ronda.

—Exacto, en mi vida ella es lo más importante.

—Te doy mi palabra que no volverá a suceder.

—Qué bueno que comprendas.

—Que descanses.

—Igualmente —respondí, girándome a la puerta, para entrar con mi niña en brazos.

Ya adentro, suspiré, siendo recibida por Camilo.

—Llegaron temprano. Oh, se quedó dormida —se refirió a Leo—. Déjame ayudarte, la llevaré a su habitación.

—Muchas gracias, estoy agotada, luego subiré a arroparla. Pasaron algunos segundos, hasta que Camilo volvió, encontrándome en la cocina.

—Estaba sedienta —dije, tras beber el agua del vaso.

—Ya lo veo, pero cuéntame, ¿cómo salió todo?

—¿A qué te refieres con todo?

—A Raul, por supuesto.

—Fue una salida tranquila, nada del otro mundo —le respondí, mientras lavaba el vaso usado para guardarlo en su lugar—. Leonor disfrutó de la película, fue una noche agradable.

—Bueno, tal vez la próxima vez puedan salir los dos a solas.

—Oh, no creo que eso sea posible. Dudo que mi cuerpo dé para más. Tengo más responsabilidades en la empresa, sin contar que la fecha de lanzamiento de la nueva colección está cada vez más cerca.

—En esto tiene absoluta razón, siempre has sido una persona muy responsable.

—Bueno, ya debo irme a descansar. Por cierto, hablé con Raúl, preferiría que Leonor esté en casa, a menos que yo lo autorice, ¿de acuerdo?

AHORA ESTOY DIVORCIADA (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora