Capítulo 46 - Es tu hija

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—¿Entonces vendrá, señor? —fue la pregunta de la pequeña.

Sinceramente mis labios no pudieron responder, y no era porque no quisiera, simplemente no cabía en mi asombro.

—¿Señor? Está temblando.

Todo para mí iba quedando borroso, una sensación angustiante que me dejaba sin aire se apoderaba de mí. ¿Qué es esto? No entiendo. Me duele el pecho, mi mente está tan confundida. Solo puedo ver en mi memoria el recuerdo de mi infancia sentado en algún rincón de la casa, mientras comía un cupcake por mi cumpleaños, los años en que mi mano no fue sostenida por nadie, el vacío en mi vida.

—¿Señor?

Es entonces, que la calidez cubre mi palma, volviéndose todo claro, para notar que mi mano no estaba sola.

—¿Está bien? —me pregunta, mirándome con esos ojos claros que me regresan en el tiempo.

¿Sería posible? No... Esta pequeña... Esta niña que sin querer despierta sentimientos que me prohibí tener, está mano pequeña que ahora me no parece tan ajena.

¿Qué está pasando? ¿Por qué no logró comprender? ¿Por qué me siento así? Tomó las mejillas de la niña, y la miro fijamente.

—Leonor... —logró pronunciar, pero tan pronto recobro la consciencia, alejo mis manos y me pongo de pie.

—Señor...

—Perdóname pequeña, pero debo irme.

Yo no puedo pensar con claridad. Quizás mi mente está jugando sucio, y quiere creer lo que quiere. Porque es imposible que sea cierto. Letizia no sería capaz de ocultarlo, Letizia no podría, no se atrevería... Porque eso significaría que aquel día que nos divorciamos, ella estaría... ¡No! ¡Dios no!

—Tengo que alejarme de aquí.

Salgo de casa sin dar mayor explicación, necesito tiempo para ordenar mis ideas. Comprender que esto solo es una jugarreta del maldito destino, que quizás sea una coincidencia. Sí, eso debe ser, porque no encuentro sentido. O quizás la niña se confundió. No debo confundir mis propias ideas.

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POV Letizia

—¿Leonor? —la llamo, tras haber oído la puerta cerrarse.

—Aquí estoy mami —me contesta.

Respiro de tranquilidad, por un instante había creído que se había salido de la casa.

—La puerta se cerró, quién salió —necesito saber.

—Era el señor Felipe, creo que quería ir al baño, se fue rápido.

—Pero si hay baños arriba —comenta Camilo pensativo.

—Solo se fue, y no dijo nada. Aunque, parece que se enojó cuando le pedí que viniera a mi festival.

—¿Le pediste eso?

—¿Hice mal, mami?

—No —me incliné para cargarla en mis brazos—. Él es una persona muy ocupada, tal vez solo lo tomaste de sorpresa. No te sientas mal, cariño.

—Entonces... ¿Vendrá?

—Bueno...

Al ver mi nerviosismo, Camilo se interviene.

—Eso lo decidirá él, Leo, pero ahora es momento de ir a desayunar, ¿quieres hot cakes?

—¡Sí! —responde con alegría.

—Entonces, espera en la mesa. Ahora voy a prepararte lo que tanto te gusta.

Al regresarla de pie, ella no duda en ir corriendo a la mesa, por lo que casi sin aliento caigo sobre el sofá.

AHORA ESTOY DIVORCIADA (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora