AHORA ESTOY DIVORCIADA (Adaptación)

Capítulos 9 - No tienes Autoridad aquí

POV Felipe

—Abuelo, no estoy teniendo un buen día. Deberías estar en casa y descansar.

—¿Cómo voy a descansar cuando estás matando a "Borbón y Grecia"? He tenido que venir después de tantos años de jubilación para no dejar que esto se desplome.

—Yo pude haberlo solucionado.

—¿Y cómo lo hubieras hecho? ¿Dejando que Isabel siga tomando las decisiones?

—Ella es la encargada de esa área, es su trabajo. Además, es accionista porque su padre invirtió cuando tú eras el presidente de "Borbón y Grecia" sin contar que tiene el apoyo entero de la abuela.

—¿Y eso es excusa? Por amor a Dios, hijo. Eres el actual presidente. Te confié este puesto porque te creí capaz de mucho. Empezaste muy bien, pero desde tu divorcio... Solo has ido dejando a Borbón y Grecia caer. ¿Dónde está Felipe de Borbón y Grecia? ¡Esa joven promesa de los negocios!

Los gritos de mi abuelo, me llevaron a fruncir el ceño con enojo.

—¿Dónde? Me sorprende que preguntes, abuelo. Ustedes lo enterraron. Tú y mi padre son los que han manejado mi vida a su antojo, ¿acaso ya no se acuerdan cuando me empujaron a casarme con Letizia?

—Yo no hice eso. La idea fue de tu padre con tal de que te dejara mi dinero.

—Pero lo hizo porque tú querías que yo me casara con Letizia. Le tienes más aprecio que a nosotros, que somos tu familia.

—No cambies el tema, Felipe.

—Mira abuelo, yo hablaré de esto con Isabel. Trataré de hallar una solución al tema del quiebre, pero no sé cómo solucionaré este problema que has provocado.

—¿Problema? ¿De esa manera llamas a Letizia?

—Yo nunca voy a olvidar que ella provocó que Isabel perdiera a mi hijo. Ese ser no nacido no tenía la culpa de nada.

—Sigues mirando el pasado, y no te fijas en lo que hay frente a tus narices.

—¿Qué dices?

—¡Nada! Solo vine a recalcarte que Letizia tiene todo mi apoyo, así que piensa bien en tus actos.

Mi abuelo salió de mi oficina, dejando su malhumor en el ambiente.

—Maldición. Esto es lo último que me faltaba, que el viejo esté de lado de ella.

Refunfuñando, golpeé mi escritorio, haciendo caer mi vaso de agua al suelo.

—Leti, ¿por qué tuviste que regresar? ¿Qué demonios quieres? ¿Qué buscas? ¿Acaso no fue suficiente con haberme restregado tu matrimonio en la cara? Aunque resultaste astuta, casarte con un moribundo para heredar. Lo más lógico es que ni siquiera se haya comparado a lo que yo te hacía, un tipejo como ese nunca borraría mis huellas.