Capítulo 79 - Somos hermanos

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—¿Qué es lo que buscas, papá? —fui directa.

—¿Papá? —dijo Camilo completamente sorprendido.

—¿Es mi abuelito? —preguntó mi hija.

— Camilo, por favor llévate a Leonor a su habitación.

—Sí, comprendo. Vamos a jugar con tus juguetes, pequeña.

Tuve que esperar a que Camilo se llevara a mi hija para poder hablar con mi progenitor, pues cualquier cosa que diga podría afectarla.

—¿Puedo tomar asiento?

—Ya estás aquí dentro, adelante. Él se acomodó en el sofá que estaba a pocos metros de mí.

—Sé lo que debes estar pensando, probablemente creas que haya venido a pedirte dinero.

—Pues no estás equivocado, y de una vez te digo que, si ese es el motivo, no te lo daré.

—Lo suponía, bueno es lo que me he ganado con todo lo que he hecho en mi vida. La verdad es que vengo a despedirme Letizia. No voy a volver y quizás jamás vuelvas a saber de mí.

No había visto a mi padre durante largos años, antes de la última vez en mi oficina, sin embargo, que ahora me dijera que nunca más volvería a verlo me resultó extraño.

—Estuve vinculado en algunos negocios turbios, donde una tercera persona salió afectada. Así que, es mejor alejarme definitivamente del país, pero antes de hacerlo, necesitaba hablar contigo, y contarte algo que he guardado durante tantos años. Pero primero quiero pedirte perdón.

No sabía qué decir, simplemente jamás creí escuchar eso de mi padre.

—Después de la muerte de tu madre, no he sido el mejor de los hombres, siempre he sido ambicioso, pero las cosas empeoraron luego de que ella se fuera de este mundo. Lamento no haber estado contigo cuando más me necesitabas. Solo vi mi conveniencia y no me di cuenta de todo hasta que caí y toqué fondo, ahora veo en todo lo que te has convertido —añadió, mirando detalladamente en mi casa.

—Bueno...

—Espera, déjame terminar. Quiero decirlo todo, porque al menos antes tenía la certeza de que te vería de nuevo, sin embargo, después de hoy no lo haré.

—De acuerdo, continúa.

—Escucha, cuando yo era muy joven, perdí a mi madre. En realidad, era un niño, tu abuela era una mujer bastante amorosa. Ojalá hubiera podido compartir más tiempo con ella, imagino que desde allí vienen todos nuestros problemas. Lamentablemente ella falleció misteriosamente, supuestamente mi abuela que fue la que me crio me contó que había enfermado de alguna enfermedad y murió, luego conocí a tu madre y también se fue, entonces... Descubrí que tú padeciste lo mismo que tu madre. No me preguntes cómo lo sé, pues me acabo de enterar hace muy poco, y no quiero imaginar todo lo que pasaste y más estando embarazada.

—De acuerdo, no sé cómo te hayas enterado, pero si has venido a mostrarme tu lástima...

—No he sido un buen padre, Letizia. En verdad estoy arrepentido, y necesito tu perdón para poder continuar, de lo contrario esto va a pesarme toda la vida.

Entonces, lo entendí. No es como si mi padre estuviera realmente arrepentido, lo único que él quería era estar tranquilo con su conciencia.

—Muy bien, si eso te hace sentir mejor, no te guardo rencor, ahora si eso era todo lo que tenías que decir, te pediré que te retires.

—Me iré en un momento, Letizia y con esto quiero dejar todas mis cuentas claras, sin deberle nada a la vida.

Él tomó aire, mirando sus zapatos antes de armarse de valor para tener que decir lo que tenía en mente.

AHORA ESTOY DIVORCIADA (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora