56. Lo que no ha Cambiado

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"Visiones"

"Voces en la cabeza"

"Alucinaciones"

"Ver cosas que no existen"

"Oír voces que no están allí"

"Cambios de humor repentinos"

"Comportamientos confusos"

"Moretones inexplicables en el cuerpo"

"Agresividad"

"Deterioro físico"

"Hostilidad"

"Paranoia"

"Delirio"

"Enfermedad..."

"Enfermedad mental"

"Trastorno"

"Trastorno mental"

"Trastornos psicóticos"

"Esquizofrenia..."

-¿Mangel?- Unos toquecitos leves en la puerta de mi vieja habitación me sobresaltaron y me hicieron desviar rápidamente la mirada del ordenador portátil que tenía reposado sobre mis piernas. Suspiré luego del pequeño susto, quitándome el aparato de encima lentamente y, luego de cerrarlo y dejarlo a un lado sobre el colchón, me levanté de mi cama y caminé hasta la puerta. Cuando la abrí no me extrañó ver a mi hermana del otro lado, ya que anteriormente había reconocido su voz.- Mamá dice que la cena ya está lista.- Me sonrió, por lo cual yo intenté devolverle el gesto a duras penas.

-Vale... dile que ahora voy.- Pedí, pero ella se me quedó viendo fijamente.

-¿Qué te pasó en la cara?- preguntó después de un rato inspeccionado mi rostro. Me llevé una mano a la zona instintivamente, sin entender de qué hablaba.- Tienes la piel un poco oscura. ¿Te golpeaste?

-Eh... sí. Me caí.- hablé torpemente, mintiendo. No le iba a decir la verdad; no le iba a decir que Rubius me había golpeado. Aquello sólo conllevaría a más y más preguntas que ahora mismo no deseaba responder.

-Ah... vale. Ten más cuidado la próxima vez, ya estás grandecito para andar cayéndote por ahí, ¿no crees?- comenzó a parlotear, haciéndome revolear los ojos. A mi hermana le encantaba hablar... y hablar...y hablar... y...- Es curiosos que nos caigamos muchas veces siendo pequeños, y luego, cuando nos hacemos ancianos, también nos caemos con frecuencia. He visto a muchos niños caerse porque recién están aprendiendo a caminar pero los ancianos se caen porque sus piernitas ya están muy débiles y viejas. ¿Tú ya estás viejo Mangel? Dani dice que hay que alimentarse bien y hacer ejercicio para que los huesos se mantengan fuertes incluso cuando ya estemos bien viejos y arrugados pero tú eres un vago así que supongo que...

-Espera, espera, espera. Primero, no soy viejo, y segundo, ¿quién es ese Dani?- pregunté cansado de escucharla hablar tantas cosas a la vez, pero entonces, cuando vi cómo bajaba disimuladamente su mirada azabache hasta sus pies, supe que me estaba ocultando algo.

-Un amigo...- balbuceó acomodándose sus gafas sin volver sus ojos a los míos.

-Oh vale, un amigo, claro, claro.- me burlé comenzando a sonreír al ver su rostro cada vez más ruborizado.- Recuérdame cuántos años tienes, niña.- ordené volviendo a ponerme serio.

-Tengo doce, casi trece. 

-Pues más te vale mantenerte alejada de los labios de ese tal Dani hahta que al menos tengas dieciocho, ¿vale?

Luces Fuera (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora