Volví a mirar mi móvil sin poder creérmelo. Arrugué un poco la frente, suspirando con cansancio. ¿Acaso esto era una de sus bromas? No debería sorprenderme... pero...
Bostecé resignado, acomodándome en la cama, y luego sólo deslicé mi dedo por la pantalla táctil para aceptar la llamada.
-Rubiuh...- murmuré con voz adormilada ya con el móvil pegado a la oreja.
-Mangel. ¿Te desperté? Perdona tío.- dijo su voz desde el otro lado de la línea.
-¿Tú qué crees, gilipollas? Son las tres de la mañana...- me quejé suspirando una vez más con cansancio. Escuché una risa de su parte, pero por alguna razón sonó bastante forzada. Algo débil y baja.- ¿Qué pasa?- pregunté lento.- Esta semana has estado llamándome siempre a la misma hora. Dime la verdad.
Silencio.
-¿De verdad? No me había dado cuenta, tío. Perdona no te molestaré más.- habló apresuradamente, acompañando su disculpa con una nueva risotada extraña. ¿Qué cojones le pasaba?
-Rubius...
-Adiós Mangel.
Terminó la llamada antes de que yo pudiera decir algo más.
Me quedé medio ido, pensativo, aún con el móvil pegado a mi oreja. No entendía su comportamiento. En verdad no lo entendía. Toda la semana estuvo llamándome, cada noche a las tres de la mañana mi móvil comenzaba a sonar. No lograba comprender por qué lo hacía, parecía necesitar escuchar la voz de alguien todo el tiempo. Pero... ¿por qué a mí? ¿Por qué siempre a la misma hora? ¿Y por qué yo no apagaba el móvil y lo mandaba a tomar por culo? No podía.. no lograba hacerlo porque sabía que él llamaría, y de solo pensar en su rostro decepcionado al notar la llamada no contestada, algo en mi estómago se removía incómodo.
Suspiré bloqueando el móvil y lo dejé en la mesita de luz al lado de mi cama. Me acomodé entre las sábanas y cerré los ojos, pensando en la misteriosa razón de las llamadas de mi amigo.
Se lo preguntaría... luego.
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Luces Fuera (Rubelangel)
FanfictionMi corazón golpeó con fuerza mi pecho y mi respiración se cortó repentinamente al escucharle decir aquello. Rubius sólo seguía observándome, suplicante, con lágrimas de desesperación en sus ojos. -Por favor...- susurró con voz quebrada- Tienes que c...