El viernes había llegado y yo había organizado una pequeña fiesta en mi nuevo departamento con la intención de inaugurarlo de la mejor manera. Había terminado de acomodar todas las cajas y su contenido con la ayuda de Rubius, el cual últimamente pasaba más tiempo en mi departamento que en el suyo. Pero se lo agradecía. Después de todo, gracias a él había terminado antes con la mudanza. Así que haría esta fiesta de inauguración y luego tendría al fin mi privacidad. No era que antes no me gustara vivir con Cheeto, pero creía que ya era hora de independizarme por completo. Y me sentía orgulloso de mi mismo por haberlo logrado finalmente.
-¡Eh Mangel!- me gritó Willy acercándose a mi y esquivando a los pocos invitados que bailaban al ritmo de la música controlada por Cheeto.- ¡Tu departamento mola mucho!
-Gracias Willy- reí palmeándole la espalda. Comenzamos a hablar acerca de los recientes viajes que habíamos hecho por las fiestas de fin de año. Sí,.. un nuevo año había comenzado ya; y estaba convencido de que todo sería mucho mejor. Los típicos pensamientos positivos de año nuevo me llenaban la cabeza. Al contrario de Navidad, época en la cual siempre me deprimía un poco al ver tanto rojo y luces por todo Madrid. No sabía el motivo exactamente, pero suponía que me aquello sucedía cuando estaba lejos de mi familia. Tendría que pasar la próxima navidad con ellos.
Pero ahora estaba feliz. Enero acababa de terminar y todos parecían estar haciendo un buen trabajo con sus vidas.
Todos... excepto Rubius.
Cuando Willy se alejó para charlar con su amado Vegettita (aunque él lo negara), giré mis ojos hacia la larga mesada de mi cocina, en donde también había gente descansando del baile y la música, bebiendo alcohol entre charlas y ligues.
Y ahí estaba él, igual a como permaneció en estos últimos meses. Pensativo, con la mirada cansada y ojeras sutiles debajo de sus ojos ahora casi siempre vidriosos.
Me le quedé observando unos instantes sin que él se percatara de ello. De vez en cuando algunas personas se le acercaban para charlar animadamente, y podía notar cómo Rubius hacía un esfuerzo por sonreírles y reír junto a ellos. Aún estaba mal. Yo lo sabía, y no hacía nada para ayudarlo. Me sentía un mal amigo por ello. Ahora pasábamos mucho tiempo juntos, ya que Rubén seguía con esa extraña costumbre de llamarme todas las noches. A veces me invitaba a emborracharnos en algún bar, otras, me preguntaba si necesitaba ayuda con la mudanza, o si me había pasado ya algún videojuego, o si quería ir a grabar un gameplay con él, y otras veces, simplemente nos quedábamos charlando como los buenos amigos que éramos. Yo le contaba lo que había hecho en el día como si se tratara de una novela, poniendo voz grave y de locutor de radio que siempre le sacaba carcajadas al gilipollas castaño. Y él me contaba de su vida, narrando los hechos como si fuera una película, (sí, también interpretaba la música, los diálogos, los diferentes tipos de voz de los personajes..), en fin, nos montábamos terribles gilipolleces mientras hablábamos, y así se nos pasaban las horas cada noche de los días de la semana.
Pero aunque yo escuchara a Rubius riendo, aunque lo viera sonreír en sus vídeos para sus seguidores y en la vida real para nosotros, aunque lo viera caminando, comiendo, corriendo, socializando.., yo sabía que él no estaba bien. Y me volvía loco el no saber qué era eso que le comía tanto la cabeza día y noche, qué era eso que le hacía quedarse en las nubes tontamente, pensando, pensando, pensando y pensando...
...y de pronto.
Amplié mis ojos sin dejar de observarle y me tragué una exclamación de sorpresa al pensar en algo que encajaría a la perfección con todos y cada uno de sus extraños comportamientos...
Rubén... ¿estaría enamorado?
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Luces Fuera (Rubelangel)
FanfictionMi corazón golpeó con fuerza mi pecho y mi respiración se cortó repentinamente al escucharle decir aquello. Rubius sólo seguía observándome, suplicante, con lágrimas de desesperación en sus ojos. -Por favor...- susurró con voz quebrada- Tienes que c...