Aquella noche fue muy agradable para ambos. Luego de que las palabras algo cursis se acabaran, volvimos a platicar amenamente. También bebimos unas cervezas que compramos cerca del parque. Yo sólo quería distraer a Rubius el mayor tiempo posible, porque sabía que lo que había pasado con Wilson le había afectado mucho. Actuaba como si no, pero yo sabía que él no quería volver a su departamento. Aún así teníamos que hacer algo con el pequeño cadaver del minino, así que sabía que no podíamos quedarnos por mucho tiempo más.
Decidí que ya había sido suficiente cuando él comenzaba a buscar otro cigarrillo. No quería que fumara otro así que le propuse volver. Él aceptó desanimado, sólo porque la lluvia había aumentado de intensidad y ya no era agradable. Rubius me pidió que me quedara otra noche con él en su departamento y yo acepté sin problemas.
Cuando llegamos al piso de Rubius, ambos estábamos que nos caíamos del sueño, pero todo aquello cambió cuando él abrió la puerta, encontrándose con su departamento limpio y más cálido.
-¿Qué cojones...?- le escuché susurrar. Él ya había ingresado en la casa y yo estaba detrás de él, así que no podía ver su rostro.
-De nada.- reí golpeando su hombro amistosamente.
Pero lo siguiente no me lo esperé.
Rubius salió disparado hacia el interior del departamento sin siquiera dirigirme la palabra. Corrió a las ventanas como un loco, para luego comenzar a cerrar las cortinas con evidente desesperación. Podía ver sus manos temblar mientras que intentaba por todos los medios evitar que cualquier rastro de luz exterior entrara, lo cual era ridículo porque aún no amanecía y además estaba nublado.
Arqueé una ceja y me acerqué a él luego de cerrar la puerta tras mi espalda.-¿Rubius?- pregunté cuando estuve detrás de él nuevamente.
-..se va a enojar... se va a enojar...- le escuché balbucear en susurros perturbados que me estremecieron de manera desagradable.
-Rubius... cálmate macho, estás temblando mucho.- dije intentando detener sus movimientos frenéticos.
-¡No me toques!- exclamó de repente haciéndome pegar un salto del susto- ¡¿Eres gilipollas!? ¿¡Cómo se te ocurre abrir las ventanas sin mi permiso!?- siguió exclamando, mandando oleadas de miedo a mi cuerpo débil. No entendía por qué me sentía tan decaído de repente.
-Sólo quería que la casa se aireara un poco. Vamos Rubius, no seas paranoi...
-¡Cállate! ¡¿Abriste la de la habitación también?! ¿¡Lo hiciste Mangel!?- me gritó con una expresión extraña. Sonaba cabreado, pero su rostro sólo reflejaba temor. Pestañeé confundido y asentí. El soltó un sonido de frustración y salió corriendo hacia la habitación rápidamente.
Me quedé paralizado en medio del ahora oscuro salón, sin entender por qué Rubius estaba tan alterado y fuera de sí. Habíamos estado tan bien hace unos minutos, y ahora parecía haberse acojonado con algo que olvidó o...
Pero antes de que pudiera seguir pensando en todas las extrañas situaciones acontecidas, un silencio profundo y puro se dio a conocer en todo el departamento, erizándome el vello sin previo aviso. Desde mi posición, ya no podía escuchar las pisadas de Rubius. No escuchaba nada, y por un momento pensé que me había quedado sordo o algo por el estilo.
Pero no fue así, porque de pronto, un fuerte impacto resonó por todo el lugar, haciendo que mi corazón se alterara con puro terror. ¿Qué cojones había sido eso? Una puerta... estaba seguro de que había sido una puerta cerrándose con fuerza inhumana. El sonido había sido tan fuerte que incluso me pareció escuchar la vibración en los vidrios de las ventanas.
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Luces Fuera (Rubelangel)
FanfictionMi corazón golpeó con fuerza mi pecho y mi respiración se cortó repentinamente al escucharle decir aquello. Rubius sólo seguía observándome, suplicante, con lágrimas de desesperación en sus ojos. -Por favor...- susurró con voz quebrada- Tienes que c...