86. Fuerza Agotada ~Rubén~

2.3K 219 192
                                    




~~~


Me había caído al mar, pero nadie gritó "hombre al agua".

El buque no se detuvo por mí. El viento soplaba y yo apenas alcanzaba a ver el sombrío navío que ya tenía una senda trazada, una que debía recorrer necesariamente. 

Me sentía desaparecer y aparecer, sumergiéndome y volviendo a subir a la superficie. Movía mis brazos, desesperado, llamándolos a todos, pero nadie me oía. El buque, temblando al impulso de un huracán, continuó sus maniobras. Los marineros y los pasajeros no me veían sumergido; mi cabeza no era más que un punto miserable en la inmensidad de las olas. Yo lo sabía bien.

Pero aún así... tenía la triste esperanza de que alguien me viera.

Podía escuchar mis propios gritos desesperados resonando en las profundidades, y observaba aterrado aquel espectro de una vela alejándose de mí. Lo miré, lo miré desesperadamente. Pero la vela se alejaba, decrecía, desaparecía. Allí estaba yo hacía un momento, formando parte de la tripulación, iba y venía por el puente con los demás, tenía mi parte de aire y sol, estaba vivo. Pero ¿qué pasó? Me resbalé, caí. 

Todo había terminado.

Me encontraba sumergido en el monstruo de las aguas. Bajo mis pies no había más que olas que huían, olas que se abrían, que desaparecían. Estas olas rotas y rasgadas por el viento me rodeaban espantosamente; los vaivenes del abismo me arrastraban; los harapos del agua se agitaban alrededor de mi cabeza; un pueblo de olas escupía sobre mí, confusas cavernas amenazaban con devorarme; cada vez que me sumergía descubría precipicios llenos de oscuridad, una vegetación desconocida me sujetaba, me enredaba los pies, me atraía; sentía que me iba a connaturalizar con aquel abismo, que formaba parte ya de la espuma, que las olas se me echaban de una a otra. Era como beber mi propia amargura, y el océano se encarnizaba conmigo para ahogarme; la inmensidad jugaba con mi agonía cruelmente.

Y de pronto... el agua se había convertido en odio. En resignación.

Pero seguí luchando. Traté de defenderme, de sostenerme, hice esfuerzos... en serio los hice, pero nada.

¿Dónde estaba el buque? Allá a lo lejos. Apenas era ya visible en las pálidas tinieblas del horizonte.

Las ráfagas soplaban, las espumas me cubrían. Alcé la vista, desesperanzado; ya no divisaba más que la lividez de las nubes. En mi agonía asistí a la inmensa demencia de la mar. La locura de las olas era mi suplicio; oía mil ruidos inauditos que parecían salir de más allá de la tierra, de un sitio desconocido y horrible.

Hay pájaros en las nubes, lo mismo que hay ángeles sobre las miserias humanas, pero... ¿qué podían hacer ellos por mí? Los ángeles volaban, cantaban y se cernían en los aires, y yo agonizaba. Sólo. Ya podía verme sepultado entre dos infinitos: el cielo y el océano; éste es mi tumba, aquél, mi mortaja.

Entonces llegó la noche, hacía unas cuántas horas que nadaba; mis fuerzas se estaban agotando ya por completo; aquel buque, aquella cosa lejana en donde había depositado todas mis esperanzas, había desaparecido. Me había abandonado. Me encontraba, pues, sólo en el formidable antro crepuscular; me sumergía, me estiraba, me enroscaba, observé debajo de mí los indefinibles monstruos del infinito, y grité. 

Ya nadie me oía. Ni siquiera mi familia. Mis amigos, la tripulación, Mangel. ¿Dónde estaba Mangel? ¿Dónde estaba el buque?

Grité por ayuda, llamando sin cesar a pesar de saber que nadie estaba a mi lado. Nada en el horizonte. Nada en el cielo.

Imploré al espacio, a la ola, a las algas, al escollo; todo se ensordecía. Supliqué a la tempestad, pero la tempestad imperturbable sólo obedecía al infinito.

A mi alrededor estaba la oscuridad, la bruma, la soledad, el tumulto tempestuoso y ciego, el movimiento indefinido de las temibles olas; dentro de mí sólo estaban el horror y la fatiga, debajo de mí, el abismo sin un punto de apoyo. A mi imaginación comenzaban a llegar imágenes tenebrosas de un cadáver en medio de la sombra ilimitada.

Fue entonces cuando el frío sin contacto alguno me paralizó de repente. Vientos, nubes, torbellinos, estrellas: todo me era inútil. ¿Qué debía hacer? Estando desesperado, finalmente decidí abandonarme. Estaba cansado, y el que está cansado toma el partido de morir, se deja llevar, se entrega a la suerte y rueda para siempre en las lúgubres profundidades del sepulcro. No había otra forma.

Todo por lo que había luchado había sido inútil.

Había una voz en mí, sin embargo, que me seducía a mirar hacia abajo nuevamente, y lo hice.

Allí estaba la solución fatal: no era la muerte, no era el eterno descanso, pero era muy similar, y más rápido. Más fácil.

Aquella voz... esa voz femenina que no era la primera vez que escuchaba me estaba llamando, ofreciéndome una salida que yo bien sabía, no era la correcta. Pero ¿y qué importaba ya? Me habían dejado ahogándome en soledad. Yo no quería morir, y ella me estaba ofreciendo una forma alternativa de descansar para siempre. Sin dolor. Sin sentir.

Ella me ofrecía escapar de mi propia mente.

La mar es la inexorable noche social en la que la penalidad arroja a sus condenados. La mar es el gran misterio.

El alma naufragando en este abismo puede convertirse en un cadáver. Pero yo sabía que ella me resucitaría, aunque yo ya no controlara mi cuerpo a voluntad... ella me salvaría. Lara siempre había estado a mi lado.

Así que dejé de nadar, y simplemente dejé que sus manos envueltas por tinieblas me jalaran hacia abajo por el pie.

No me resistí, y finalmente el agua borrosa calmó el dolor del abandono.






~~~

























Esta fue una adaptación del capítulo 8: La ola y la sombra. Del libro segundo de "Los Miserables" de Victor Hugo. Una novela que todos deberían leer, porque en verdad es una obra maestra 🖤

Gracias por seguir leyendo eidertianos ❤ intentaré subir pronto el próximo capítulo ^^ *la apedrean*



















Gracias por seguir leyendo eidertianos ❤ intentaré subir pronto el próximo capítulo ^^ *la apedrean*

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Fanart por Andromeda2405. Karina24_ana en twitter ❤ gracias eternas a ella.

Luces Fuera (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora