Cuando terminó de expulsar lo que quería salir de su cuerpo se mantuvo con los párpados apretados, inclinado hacia el balde, con una mueca de angustia en el rostro, y al momento en el que iba a preguntarle cómo se sentía él negó intensamente, como percibiendo que yo hablaría.
-No puedo Mangel...- murmuró sin aliento.- Es demasiado... no vas a creerme.
-Haré lo que pueda.- dije sincero, encogiéndome de hombros y brindándole una pequeña sonrisa que él no vio. Acaricié su espalda con firmeza, intentando brindarle la confianza que parecía haber perdido del todo.- Necesito saber, Rubius.- expliqué suave.
Volvió a negar, esta vez con menos energía, y entonces decidió abrir los ojos. Pude ver la resignación en ellos.
Se mantuvo mirando el balde, respirando con algo de dificultad. Su piel que antes se había vuelto rojiza por el esfuerzo al vomitar ahora comenzaba a tornarse nuevamente pálida.
-Ella... -comenzó con la voz gastada. Lo observé con atención.- ...me llevó a... a ver a dónde pertenecía. De dónde venía. Su lugar de... procedencia.
-¿Te llevó a ver en donde nació?
-No. No.- negó. Le vi tragar saliva y llevarse una mano a los ojos, quitando la humedad previa a las lágrimas que al parecer le molestaba sentir.- Ella está muerta, Mangel. Es una muerta y me lo hizo ver claramente porque me mostró su tumba.- Abrí los ojos un poco más de lo normal al escuchar eso, sorprendiéndome. No por el hecho de que ella estuviera muerta, sino por que tuviera una tumba, algo que demostraba que ella no era un demonio o algo parecido a una presencia diabólica, cosas que recordaba haber leído en internet. Ella había estado viva en algún momento. Seguramente había sido una persona como nosotros y no se trataba solo de un ente sin esencia. No pude seguir razonando ni pensando a toda velocidad porque Rubius continuó hablando y captó toda mi atención nuevamente.- Se paró frente a mí, me señaló la tumba, y dijo que allí era a donde ella pertenecía.
-¿En dónde fue eso? ¿A dónde fuiste luego de salir de Algarinejo?- pregunté sonando un poco más desesperado de lo que planeaba.
-Nunca salí de Algarinejo.- explicó, aún sin mirarme.
-No tiene sentido. Mi madre te vio. Aquel día en el que te alejaste volví por mi cuenta a la casa y mi madre me recibió diciendo que tú ya habías pasado por allí, llevándote tus cosas y yéndote rápido porque habías tenido una emergencia. Pensé... pensé que te habías ido rápido para no tener que verme.- confesé, logrando que él me mirara con extrañeza.
-Mangel...- dijo con lentitud. Se veía tan cansado nuevamente que comenzaba a arrepentirme de haber preguntado sobre lo que le había sucedido, pero no podía echarme para atrás ahora. Tenía que saberlo todo.- Ella... no sólo sabe mover objetos..., lastimarme o hacerme ver cosas que en realidad no han sucedido. No sólo tiene la capacidad de hablarme hasta volverme loco... sin que nadie más la escuche. Ella es capaz de mucho más... y estoy seguro de que planeó todo para que tú no me buscaras, ni me encontraras.
-¿Estás diciendo que mi madre en realidad no te vio? Pero entonces... entonces... ¿cómo explicas que tus cosas desaparecieran de la casa? ¿Cómo es que...?
-Aquel día.- interrumpió a mis preguntas atropelladas.- Luego de pelearme contigo me adentré en el bosque sin intenciones de volver a la casa de tus padres. Había fingido el enojo inicial pero luego terminé cabreándome en serio cuando dijiste lo de buscar una solución médica. En fin, ya te he explicado eso.- Bajó la mirada al balde, suspirando.- En ese momento vi en mi enojo verdadero la oportunidad perfecta de cumplir con la orden. Estaba cumpliendo con la orden que ella me había dado: alejarme de ti. Ella dijo que me diría qué hacer luego de eso. Así que comencé a alejarme, más y más, hasta que no supe muy bien en dónde me encontraba. No estaba demasiado preocupado porque era de día y todo estaba bastante iluminado. Podía ver claramente a mi alrededor y el bosque estaba muy tranquilo. De alguna manera me sentía seguro aún... porque sabía que tú estabas en el bosque también. No sentía como si me hubiese alejado demasiado...
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Luces Fuera (Rubelangel)
FanfictionMi corazón golpeó con fuerza mi pecho y mi respiración se cortó repentinamente al escucharle decir aquello. Rubius sólo seguía observándome, suplicante, con lágrimas de desesperación en sus ojos. -Por favor...- susurró con voz quebrada- Tienes que c...