Cuando mis párpados se abrieron débilmente, tardé unos segundos en comprender el lugar exacto en el que me encontraba. No entendía por qué no veía nada más que oscuridad, pero cuando giré un poco mis pupilas hacia la izquierda, logré divisar sutiles luces blancas que alumbraban el pasillo del avión.
Entonces recordé todo, y me acurruqué aún más en el asiento. Seguramente ya estaríamos por llegar a Noruega, pero aún así me acomodé para dormir un poco más.
Pero cuando giré en mi asiento y me dispuse a cambiar de posición, mirando directamente hacia la ventanilla, mis ojos no captaron el cuerpo que debería de estar a mi lado. Fruncí el ceño, confundido al no ver a Rubius a en su lugar. El asiento estaba vacío, y su abrigo estaba allí, desparramado en el respaldo.
Me incorporé lentamente, aún algo mareado y desconcertado. ¿Cómo había hecho Rubius para salir al pasillo del avión? Él estaba del lado de la ventanilla, así que tendría que haberme despertado para poder salir. Pero yo ni siquiera me había percatado de sus movimientos. Sí que tenía el sueño pesado...
Rasqué mis cabellos negros distraídamente mientras que con la otra mano me colocaba las gafas. Seguramente Rubius estaría en el baño, así que me senté correctamente en el asiento, y me dispuse a esperarlo para que pudiera sentarse en su lugar sin inconvenientes cuando volviera.
Suspiré, y dirigí mi mirada a la ventanilla. El cielo oscuro se veía a través de ella, pero ya no había tantas estrellas como antes. Estaba seguro de que nunca antes había visto tantas luces en el cielo, y algo me decía que tampoco volvería a hacerlo. Aquello había sido en verdad único.
Tragué saliva al recordar la manera en la que Rubius me había mirado luego de eso. Se me había acelerado el corazón de tan solo tener sus ojos fijos en mí. Vale. Yo no era tonto, no era la primera vez que sentía cosas similares, pero tenía un cierto talento para hacerme el ciego en situaciones que lo requirieran. Lo que había sucedido mientras mirábamos las estrellas... era un claro síntoma de... enamoramiento, ah...¿para qué negarlo? Estaba comenzando a sentir cosas dentro de mí que debería aprender a reprimir. ¿Y qué mejor manera que haciéndome el ciego? Era perfecto, ni siquiera me atrevería a pensarlo. No se podía, era muy pero muy simple. Tan claro como el agua. No podía siquiera considerarlo, así que juntaría todas mis fuerzas y callaría a esa vocecita que me atormentaba constantemente con un "Te gusta Rubius, y lo sabes". No se podía, era imposible, así que mejor reprimir todo ahora, que lamentarse después. Debía hacer uso de mi talento para hacerme el ciego. No tenía de otra. No era real, y ya está. Bloqueado.
Volví a suspirar, y me asomé desde el asiento, mirando hacia atrás por el pasillo. Se escuchaban varios ronquidos profundos y bajos, cosa que confirmaba mis sospechas de que todos estaban durmiendo en el avión.
Volví mi mirada al frente, y llevé mis manos hacia el cinturón, desabrochándomelo al instante. No sé qué estaba haciendo ese gilipollas, pero no me quedaría tranquilo esperando en mi asiento sin hacer nada. Era poco paciente, y Rubius ya se había demorado demasiado. Tal vez estaba en el baño y se le había trabado la puerta, esa clase de cosas siempre le pasaban en los peores momentos, el pobre solía tener muy mala suerte en situaciones como aquellas, y yo, como buen amigo, siempre estaría a su lado para carcajearme de su desgracia. Sí... era de lo mejor.
Me puse de pie, y salí de mi lugar para luego acercarme al pasillo. Comencé a caminar por este, agarrándome de los asientos para no caer por las pequeña turbulencias que se daban cada tanto. Apenas se veía el suelo que pisaba, ya que la oscuridad era bastante predominante. Las luces en el techo estaban muy bajas y tenues. Prácticamente inservibles. Las turbinas del avión se escuchaban como un zumbido en mis orejas.
Suspiré, mentalizándome para tranquilizar mi corazón nervioso, y es que cada tanto tenía la sensación de que alguien me observaba tras mis espaldas, como si me siguieran. Un cosquilleo permanente en mi nuca; un estremecimiento corporal.
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Luces Fuera (Rubelangel)
FanfictionMi corazón golpeó con fuerza mi pecho y mi respiración se cortó repentinamente al escucharle decir aquello. Rubius sólo seguía observándome, suplicante, con lágrimas de desesperación en sus ojos. -Por favor...- susurró con voz quebrada- Tienes que c...