Elegidos enemigos.

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Narra Iván.

Voces... solo podía escuchar voces, entré un par de carcajadas fuertes, y gritos llenos de ira. Madera, metal, vidrio, siendo quebrados aproposito con el fín de provocar mas ruido ensordecedor. Mi vista estaba nublada, apenas podía respirar y sentí mucho calor, pero al mismo tiempo frío, como si estubiera sudando en medio de un ambiente nevado. Los gritos aumentaron su tonto...

- ¡Al fín ha llegado nuestra oportunidad, de demostrarle a los mortales, quienes seran sus nuevos líderes! - gritaba, una chica.

Voz que me resultaba muy familiar, como si la conociera desde hace mucho tiempo, desde que... nací.

Gritos, Gritos, Carcajadas, Gritos, hicieron que empeoró todo; mi cabeza daba vueltas, no distinguía bien las imagenes que pasaban al frente de mi. Llegaron recuerdos, de mi niñes, de mi jugando con... una chica, en mi habitación.

- No debes dejar que la gente se de cuenta de tus habilidades...

- ¿Pero por que? Son asombrosas ¿No lo creés? - Saltaba de pared en pared de un lugar a otro, emocionado por la Teletransportación.

- Si, son asombrosas, pero a las personas normales eso les da miedo.

- ¿Y eso por que? Quiero saber, explicame. - Me colgué en su nombró y peine sus cabellos castaños atras de su oreja.

- Eso no lo se, pero no puedes dejar que las descubran, ni siquiera, mamá y papá.

¿Mamá... y ...Papa? ¿Pero, porque?

Los gritos pararon luego de unas cuantas horas... ya no veía borroso, pero no dejaba de fijar mi vista en aquélla puerta al frente de mi de la que se reflejaba por los bordes una intensa luz azul que alumbraba las paredes a los lados, el suelo y techo dejando a oscuras la pared atras de mi y mi cuerpo con ella. Estaba pegado a la pared, no podía mover nada y apenas respiraba, algo me mantenía unido a ella, algo fuerte y que picaba.

Mis recuerdos eran confusos, apenas si recordaba que tuve una pelea con Chris de la cuál salí victorioso, pero luego de eso mi mente... se nubló, y desperté aquí luego de tener ese extrañó sueño, aquél que se sintió muy... real... demasiado real.

- ¿Qué es éste lugar? - Susurre con esfuerzo ya que mi pecho era aplastado por aquélla cosa que me apricionaba.

- Me sorprende lo rápido que te has curado. - una voz ronca y siniestra susurró en mi oído derecho logrando que me asustará por la sorpresa.

- ¿Y tú quién eres? - Quise saber y escuché como aquél sujeto se movió entre las paredes, se escuchaba el sonido del concretó quebrandose y abriendo paso al cuerpo de aquél extraño, una sombra en la pared se asomó y de ella misma salió el misterioso sujetó que antes logró asustarme.

- Eso a ti no te importa. - Se acercó a la puerta y la abrió dejando entrar un poco mas de la luz que provenía de su exterior.

Escuchaba algunos susurros pero no lograba identificar lo que decían o de quien pertenecían las voces, luego de unos segundos entraron dos sujetos pero por la luz del exterior solo me permitía ver sus sombras, hasta que ensendieron la luz de la habitación y me percaté que eran Chris y Cangrejo.
- Que bien. Has despertado. - Dijo Chris en tono amable cruzándose de brazos.

Me quedé en chock, pués mi cara de sorpresa lo decía todo.

- ¿Que yo no te había matado a ti? - Quise saber y los tres se burlaron mientras se movían dejando entrar a dos chicas en la habitación, Amatista y otra que no conocía.

- ¿Este es el supuesto Aranguren? - Pregunto la otra chica mientras me miraba y examinaba mi cara.

- Si, Karina. - Asintió Chris.

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