Destrucción

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Narra Sofía.

Mi mente arde... por los recuerdos que no puedo borrar de mí. Como cicatrices en mi alma y ser, que no se pueden deshacer. Intento ignorarlas volteándome y buscando la manera de descansar... pero cuando doy la vuelta, me topo con otra cosa que me hace sufrir.

Mi cuerpo está muy agotado... todo lo que pase hoy... y lo que he pasado en el pasado está presente. Siento las cicatrices de cortadas profundas en mis brazos y piernas; es gracioso que no se vean pero ahí están... haciéndome pensar en esa vez que me maltrato... pero yo lo quise.

- Anda, no seas mala. Déjame hacerlo. - Insisto para que me ayude a conseguir ese modo zombi que la hace tan fuerte.

- No te va a gustar Sofía, es doloroso y para conseguirlo debes dejar de sentir dolor...

- Puedo hacerlo. - Insisto. Ella sin chistar, se acerca a mí y saca una Shuriken de cristal de su bolsillo; su amuleto, el cual siempre veo me recuerda a Iván.

Hace que levante ambas manos, y venda mis ojos.

- El dolor nos hace débiles. - Corta la palma de mi mano, me quejo pero sin gritar. - La sangre nos vuelve vulnerables. - Hace un sinfín de cortes muy rápidamente en mis brazos y piernas. Caigo al suelo gritando y llorando por el dolor. Me quito esa venda y al ver toda la sangre... entro en shock. - El miedo... nos deja ciegos. - Ella hace que me levante. Desgarra mi camisa dejando expuesto mi abdomen. Toca mi vientre y cuello con suavidad... mientras mi mira y observo como su iris se tornan negros. - Los sentimientos... nos impiden ser fuerte. - No sé con exactitud que es lo que hace... pero... siento como hunde sus dedos totalmente en mi vientre y definitivamente desgarra algo en mi interior... lo mismo en mi cuello, los hunde hasta que dejo de respirar pero sigo consiente.

Caigo al suelo nuevamente y me retuerzo intentando soportar esto.

- Si mañana sigues viva y el iris esta negro... significa que pudiste superar el proceso para obtenerlo. - Sale de la lona. - Hay mejores maneras de ser fuerte, Sofía... pero tienes flojera de buscar tu propia manera. - Y sale de la zona.

Las luces se apagan y caigo en un poso de oscuridad y dolor.

La sangre, saliva y lágrimas cubren la lona y comienzo a gritar por dolor.

El frio me hace temblar y ni siquiera me puedo mover para ir a mi habitación.

Por si fuera poco, no consigo quedarme desmallada porque el dolor lo impide.

Simplotamente... una tortura de la que no puedo escapar.

Logre sobrevivir la noche tirada en ese lugar, pero mis ojos no se volvieron negros jamás. Otra de las decenas de tácticas que he buscado para ser fuerte... y la fracase.

Mi corazón se siente roto... ahogado... apagado... extinto... y no sé cómo revivirlo.

No sé si mañana podre estar mejor... o si podre verle la cara. No sé qué es lo que quiere de mí pero lo va a conseguir. Y no sé cómo mejorar... ella me lo pide pero yo no sé cómo... no puedo escapar de lo que soy.

- Líder... duérmase por favor. - Miguel me habla y volteo a verlo. No me observa; tiene una almohada en sus oídos.

- ¿Por qué estas despierto?

- No puedo dormir por usted. Puedo sentir todo lo que siente... me está torturando. - Veo el reloj, son las tres de la madrugada. Me recuesto en mi cama y enrollo mis piernas con mis brazos. Comienzo a llorar, y él me observa con curiosidad.

Elegidos [pausada :(] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora