Elegidos [pausada :(]

Caos

Ya han pasado más de cuatro años desde aquel accidente en el Pentágono; detonante de todos los desastres naturales y climáticos que arrasaron con todo el país y sus habitantes todo por no poder detener a los causantes de su destrucción... Elegidos.

"Accidente", así lo llaman las personas que no saben la verdad sobre el asunto, yo por otra parte... le digo "Culpa mía".

Día tras día, vivo... no... "Sobrevivo" con esa furia acumulada adentro de mí; con la constante amenaza de ser expulsada dejándome sin el propio control de mi cuerpo. Tal amenaza, de algo que ni siquiera puedo controlar, provoca que mi cuerpo mismo tiemble sin control cada noche que intento descansar pero sin éxito alguno gracias a los recuerdos tormentosos que invaden mis pensamientos destruyendo mi mente desde adentro. No son solo pensamientos del pasado si no del presente debido a que ya en este lugar... El Mundo... La vida está en peligro.

Se siente la presión atmosférica mucho más fuerte que hace unos años atrás; cada día aumenta levemente pero con el paso del tiempo puede notarse hasta que la dejas de sentir por lo acostumbrado que se encuentra el cuerpo a estos grandes cambios. Los temblores distantes o cercanos causan estragos a diarios; Edificios caen, Calles se rompen, Olas se tragan media playa, Y gente queda atrapada entre escombros que suelta el cemento al perder su firmeza. El calor de algo mucho más poderoso que el sol quema a grandes medidas aun sin estar cerca de él; crea tanta humedad que en algunos lugares es casi imposible respirar o caminar por lo asfixiado que te encuentras, pero sin dudas lo peor son los vientos que azotan el suelo buscando equilibrar las grandes temperaturas. De noche, El frío de un Iceberg ataca con furia dejando solo un corto periodo de escape, ya que si pierdes el tiempo holgazaneando en la calle, te azota una ráfaga tan helada que ni te das cuenta que has muerto congelado mientras dabas pasos en el suelo. Se escuchan los gritos de la gente, pidiendo ayuda desesperadamente. También en ocasiones, Los gritos de furia de los elegidos malvados que sin dudas se encuentran pasando un mal rato, o maldiciendo a las personas humanas que pueblan este mundo. Las ráfagas de energía expulsadas al aire que surgen como rayos salidos del mismo suelo. Los trozos de metales cayendo en el suelo como si fueran balas del tamaño de una pelota de béisbol. Se respira el humo, el olor a sangre, la muerte, el veneno, el gas, incluso los cadáveres evaporados. Se consume carne podrida, plantas con gusanos, pan viejo junto con agua contaminada, negra o salada. Se observa oscuridad mesclada con nubes de sangre en el ambiente y destellos fugaces de las habilidades de los Elegidos... Así es mi vida, y eso que me encuentro en México alejado de lo que ahora se llama "Zona muerta", antes llamada: Estados Unidos.

No puedo ni siquiera imaginar que les pasará a los sobrevivientes que aún siguen atrapados en ese país; sufriendo y siendo torturados con todo eso que se siente a cientos de kilómetros. La gente corre riesgos por todos esos sucesos: enfermedades, insomnio, violencia, alboroto, pánico, calor, frío, hambre, sed, miedo... todo esto... es el infierno.

Y es tras recordar todo esto, que mi sangre comienza a arder... comienzo a sentirme tan pésimo y miserable, que hasta los pensamientos suicidas llegan a mi mente y grito con mucha rabia:

- ¿¡PORQUÉ TENIA QUE OCURRIR ESTA MIERDA!? - Despliego mi furia contra el aire buscando la manera de escapar de este tormento. Todo se siente por un momento más tranquilo cuando por fin expulse algo de rabia... pero eso se va a la mierda un segundo después cuando me doy cuenta que gritando, no logré nada... nada ha cambiado; todo sigue igual de pesado que antes y tal como ocurre cuando un árbol cae y no hay nadie que lo escuché... mis gritos, no fueron escuchados por nadie.

Ya con lágrimas en los ojos, veo al cielo esperando que algún ángel baje y me calme; me haga sentir algo de alivió acompañado de alegría y algo de comida... pero los milagros, no existen... y es cuando recuerdo, que no puedo pedir tales cosas, porque esto lo cause yo.