Sufrimiento

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Narra Iván.

- Bien, creo que con eso quedo. - Agrega una enfermera que venda mis nudillos, finalizando con todo ese proceso para tratar mis heridas.

- ¿Estaré listo para los combates de mañana?

- Pues... - Se levanta. - Con las píldoras que te di creo que sanara lo más expuesto. Igualmente antes de iniciar los segundos combates darán un aviso importante. - Que curiosidad que una enfermera sepa de este tema.

- ¿Tu como sabes de eso? - En sus ojos puedo ver que le disgusta mi pregunta, rostro que no había mostrado en la hora que llevo aquí sentado.

- Soy una elegida; todos nosotros tenemos información sobre esto del torneo. - Se quita su mascarilla dejando a la vista unos labios color rosa bien definidos, que al mezclarse con sus ojos verdes hacen detallar su actitud fuerte.

- ¿Y que hace una elegida siendo enfermera en vez de combatir y entrenar?

- No todos los elegidos somos guerreros, deberías saberlo. Tu informe sobre los cuatro meses que estuviste destruyendo instalaciones en Estados Unidos muestran que varios de tu equipo no combatían cuerpo a cuerpo.

- ¿Tu como sabes...?

- Por tu informe.

- ¿Y de dónde lo sacaste?

- Antes de tratar a alguien me dan un registro leve para tratar de anticipar la psicología del paciente, pero ya que he terminado puedo usar mi verdadera actitud. - Peina su cabello rojo y mete sus manos en los bolsillos de su bata.

- ¡Vaya! Eres súper cool. - Sonríe. - ¿Tienes idea de cómo será el próximo combate?

- Si te lo dijera me metería en problemas...

- Tú pareces ser una persona que le gustan los problemas.

- Si, pero no en este momento y mucho menos con una persona tan protegida por los líderes de escuadrón. Tu informe dice...

- Que la líder Jenny y yo fuimos pareja. Sí. No eres la única que puede adivinar parte de la actitud de otra persona. - Sonríe alagando mi astucia. - ¿Y que habilidades tienes?

- Todo lo relacionado a Psicología lo tengo estudiado... pero mi verdadera habilidad es curar, mediante antibióticos creados por mí misma... o con charlas. ¿Qué tal esta tu tobillo? - Lo veo; ella tiene su mano en el pero la quita cuando yo volteo. Lo muevo... y el esguince que tenía atormentándome ya no está.

- ¡Oh, vaya...!

- Adios, te deseo suerte mañana...

- Espera, no me has dicho tu nombre. - Voltea.

- Sidney. - Cierra la puerta desapareciendo atrás de ella.

La chica definitivamente es muy genial; nunca me percate de lo que hacía... y durante todo el proceso solo me trataba las heridas sin hablar. Eso me hacía estar cómodo con ella ya que yo tampoco soy bueno hablando, ni coqueteado... creo. No lo sé y tampoco me interesa.

Valiéndome tres litros de leche todo lo que ella me dijo, tomo la ropa que George consigue traerme y me la pongo antes de que Sidney decida venir de nuevo. Si voy a descansar, prefiero hacerlo en mi cama donde aunque sea esta mi olor corporal para acompañarme, no en una cama más fría que el polo norte y de paso con esas luces blancas que iluminan como soles.

Abrí la puerta con suma delicadeza... y me topé con Carlos también vestido y caminando con cuidado.

- Supongo que también te cansaste de dormir. - Este asiente.

Elegidos [pausada :(] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora