Elegidos [pausada :(]

Vida de patricia (Parte 2: Mansión)

No recuerdo muy bien lo que ocurrió luego de abrazar a Nike. Tenía mucho dolor de cabeza, no podía habrir mis ojos y me costaba respirar, obvió, los efectos de haber viajado con Nike con sus habilidades en menos de 5 minutos. No tengo muy en claro como es que puede moverse a cualquier parte del mundo con sus habilidades, lo que se es que si transporta a alguien con el queda igual a mi... en coma.

Tras un largo esfuerzo para poder habrir mis ojos y pararme de la cama comencé a explorar mi entorno. Me encontraba en una habitación muy bonita y decorada, con televisión y lo que parecía ser una consola de video juegos, el cubrecamas era de piel muy abrigadora y por las cortinas enormes se filtraban algunos rayos del sol indicando la hora, es de mañana.

Con mucho esfuerzo logré entrar al baño, aun mi dolor de cabeza no había cesado y con cada movimiento que hacía mi cráneo sentía que mi cerebro se movía, era muy doloroso.

Luego de lavar mis dientes me dirigí al espejo mas cercano, era de cuerpo completó. Al llegar lo primero que note fue mi rostro, tenía mis ojos de color rojo pero al darme cuenta de ese detalle fueron volviendo a la normalidad lentamente hasta recobrar su color original. También me di cuenta que las venas de mis muslos y brazos estaban tornadas de un color azul muy claro, como si una especie de energía reemplazará la sangre de mi cuerpo, sin embargo, luego de unos segundos estas venas volvieron a la normalidad y su color azul desapareció.

Me resultaba raro esa reacción de mi cuerpo, quizas todo fue provocado por el viaje pero ¿de no haberme dado cuenta de esos cambios, seguirían ahí? Necesito algunas explicaciones de parte de Nike.

Me moví hasta la puerta de la habitación luego de peinarme un poco los cabellos rebeldes, y al posar mi mano en la manija de la puerta sentí una vibración leve, golpes y comencé a escuchar ruidos y voces, algo me decía que no estaba en una casa normal o quizas ni siquiera estaba en una casa.

Al abrir la puerta me encontré en un segundo piso del interior de una mansión gigantesca. Cantidad de personas pasaban al frente de mi sin prestarme la minima atención, ya me sentía como si estuviera adentro de una oficina. Caminé un par de metros hasta salir del pasillo y llegar a las escaleras, unas gigantescas escaleras que llevan a la sala y la salida de la mansión. El techo era decorado con lámparas y cristales muy hermosos de diferentes tonos.

Bajé lentamente por las escaleras mientras seguía contemplando la hermosa mansión. Me dirigí a la sala, había una mesa de madera muy grande y gente al rededor de ella conversando, se veía muy importante lo que decían asi que decidí acercarme. En aquella mesa habían mapas, informes, planos, hasta cuchillos y un par de pistolas, todo el lugar no era como me lo esparaba, me imaginaba algo muy... imperfecto, y pequeño, no una mansión llena de empresários sin trajes ¡Rayos!

Seguí caminando tranquilamente tocando todo lo que se me crusaba en el caminó, nadie me decía nada asi que poco me importaba si rompía algo. Al llegar al último pasillo mis fosas nasales se inundaron de un olor exquisito, la cociná estaba cerca. Seguí el delicioso olor hasta llegar a la cocina, en la que había un hombre delgado moviendo cuchillos, platos y verduras de aquí para alla. Gran cantidad de frutas y verduras flotaban en círculos por toda la cociná; una manzana se dirigía justo hacía mi y no dude en agarrarla y llevarla a mi boca, sin embargo no me di cuenta del ruido que produjo el mordico, tras hacerlo todas las verduras que flotaban se detuvieron y aquél sujeto me veía con una sonrisa y sus ojos totalmente abiertos.

- ¿Te perdiste? - Quiso saber, y volvió a cocinar.

- Ando adaptandome al lugar. - Respondí aun sin tragar el pedazo de manzana.

- Bueno ¡Bienvenida a mi reinó! - Levantó las manos y todas las verduras dieron una pequeña voltereta.

- Oh. Es un honor, Majestad. - Este se burlo y siguió cocinando.