23°Tacaña

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—¿Dónde está Margo? —le pregunté a Bosley algo alterado.

—No lo sé, no hay ningún vuelo a Alaska hasta dentro de una semana, ella solo salió. —Se alzó de hombros.

—¿Dónde va frecuentemente? —pregunté tratando de enmendar algo las cosas.

—La señorita Woodstock nunca sale del laboratorio, solo cuando tiene charlas o clases que dar —explicó de manera vaga mientras examinaba a la gente que entraba al museo a última hora.

—¿Tiene una charla hoy?. —Volví a preguntar y negó con la cabeza

—Puede que esté en la perrera —dijo Logan apareciendo detrás de mi.

—¿Qué haría en la perrera?. —Fruncí el ceño confundido, Margo no era específicamente amante de ver a animalitos morir.

—Hay un perro que ha querido traerse por meses. —Explicó él de manera sencilla.

—¿Y porqué no lo ha hecho? —pregunté más confundido aún.

—Porque es anciano y va a morir en cualquier momento, solo asegúrate que lo deje allí. —Me advirtió Logan en un tono suave. —Y tráela de vuelta.

—Claro —susurré saliendo del laboratorio.

* * *

Llegué a la perrera, en realidad no lo era, parecía un asilo para animales abandonados y tenía un isotipo bastante colorido. Empujé la puerta de vidrio con cuidado y me topé con una muchacha de cabello rojo, ojos color verdes y una blanquecina sonrisa. Tomé aire profundamente antes de preguntar algo.

—Hola ¿Te ayudo en algo? —preguntó ella elevando las comisuras de sus labios.

—Hola, sí, estoy buscando a una muchacha algo bajita, tiene el cabello castaño y... —me interrumpió.

—¿Buscas a Margo?. —Volvió a preguntar y asentí con la cabeza. —Está en la morgue, Silver murió —dijo en un tono suave. —Baja las escaleras y vas a encontrarla.

—Gracias —dije comenzando a caminar hasta las escaleras, bajé los peldaños pisando con suavidad, no quería espantarla, solo quería saber.

Llegué al final de las escaleras y ella estaba sentada mirando al Golden Retriever que tenía una manta en la parte baja del cuerpo, solo se veía su cabeza y patas delanteras junto con el frondozo pelaje, no se movía, solo se quedó mirándolo y vi las lágrimas en su rostro.

—Lo siento. —Le oí susurrar al cuerpo sin vida de la criatura. —No llegué a tiempo. —Inspiró pesadamente sin pestañear. —¿Qué me pasa? Millones de personas mueren por lo que hago y no me afecta pero esto sí —susurró negando con la cabeza, se puso de pie y lo cubrió con la manta completamente.

—Margo —susurré estirando la mano. —Vamos. —Ella se limpió las lágrimas y camino hasta mi.

—¿Qué no te cansas de seguirme?. —Comenzó a subir las escaleras y subí detrás de ella esperando a salir del asilo para animales para decirle algo. —Adiós Karen —le dijo a la recepcionista amable que me atendió cuando entré.

—Adiós Margo.

Respondió ella a la vez que la muchacha salía por la puerta y caminaba para sentarse en las escaleras que nos dejaban al nivel de la calle, me senté a su lado y permanecí en silencio, ella apoyó los codos en sus muslos y su cabeza en las manos dejando una cortina de cabello que le cubría el rostro, pero a pesar de aquello sabía que estaba llorando, pasé mi brazo alrededor de su cintura y apoyé mi cabeza en su espalda tratando de hacerle sentir que estaba ahí con ella para que no se sintiera sola. A pesar de saber que estaba llorando por su respiración entrecortada pero no podía oír ningún sollozo debido a los años de práctica que tenía.

119 Días Antes [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora