91•Fanatismo

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—Después de que Aton muriera sé que estuve en coma, pero tuve sueños bastante extraños en ese tiempo.

—¿Debería dejar de oír?.

—Soñé que despertaba del accidente y que tenía una muy extraña amnesia, no recordaba veintidós años de mi vida, solo los últimos dos.

—¿Eso es médicamente posible?.

—No al cien porciento, por lo general olvidas todo lo qué pasó antes, todo lo que pasó después o solo un intervalo de tiempo. Pero se sentía bien, no recordaba a mis padres, ni lo qué pasó cuando era pequeña, solo podía recordar lo mejor de mi vida, y me había ido a Washington con Billy.

—¿Billy? —preguntó confundido.

—La mascota de Aton, pone atención Blaine, estoy segura que lo acabo de decir. —Lo miré mal unos segundos. —Y estaba tatuada.
—Él se rió y me vi obligada a quitarme la chaqueta para enseñarle mis brazos y al traer un crop top se veían parte de mis costillas coloreadas con la pintura de la noche estrellada.

—Wow, entonces era enserio. —Tiró de mi mano para ver los tatuajes. —¿Quien los hizo?.

—No lo sé. —Me alcé de hombros colocándome nuevamente el polerón. —Algunos los obtuve ebria, ni siquiera sé cómo llegué a casa ese día.

—Pero en ese sueño no recordabas a Spencer.

—No, y no me importaba. —Me alcé de hombros. —No sabía quién era y después las cosas se pusieron más raras, Johanna se casó y no sé, esa realidad alterna que soñé fue...extraña, yo no era yo y...no sé. —Observé el lugar unos momentos y me percaté de algo, el lugar estaba completamente vacío. —¿Porqué no hay nadie en el bar, aquí siempre hay gente?.

—Porque venías tú, y con ellos aquí no me habrías contado nada de esto, además están todos recuperándose de la borrachera. —Sonrió.

—¿Tanto así?. —Asintió con la cabeza y la puerta a mis espaldas se abrió, Blaine miró por sobre mi y luego dirigió su vista a mi rostro.

—Me debes diez dólares. —Se puso de pie y caminó hasta la puerta que le conducía a la casa. Cerré los ojos sin querer enfrentar la situación ahora.

—Margo. —Le oí decir a mis espaldas y volteé girando en el banquillo.

—¿Qué haces aquí? —le pregunté cruzándome de brazos, Blaine tenía razón en parte, verlo así, con el rostro lleno de moraduras, el brazo en un cabestrillo que iba sobre el yeso que tenía puesto y lo envolvía teniéndolo pegado a su torso justo en el ángulo preciso para que no le doliera, además tenía la otra mano sobre los puntos de la cirugía que le realizaron para quitarle la bala. —Deberías estar haciendo reposo, en Washington, no en Nuevo México Spencer —dije en un tono más neutro porque me preocupaba su salud.

—Te fuiste —dijo acercándose a un paso lento. —Vine por ti, no tienes que apartarte si crees que así estaremos "seguros". —Hizo la comilla con la mano.

—3stás demente y lo estás aún más por subirte a un avión en ese estado. —Sonrió levemente y negó con la cabeza. —No me digas. —Inspiré entrecortadamente ya que me había dolido en el costado. —Alguien te trajo en helicóptero y Greta te dijo dónde estaba ¿Qué no podía solo darte el sobre y ya?.

—No me lo dijo. —Alcé ambas cejas. —¿Dónde más irías si no es aquí?. —Lo miré unos momentos y me adelanté a lo que sé que iba a decir.

—No. —Lo apunté con el dedo índice.

—No te he dicho nada. —Sonrió mientras yo me ponía de pie para estar un poco más a su altura pero él era terriblemente alto y mi cabeza le llagaba a la nariz.

119 Días Antes [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora