3°Mentiras

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Salí del hospital muy molesto por la reciente discución que tuve con mi mamá, ella había sido tan cruel conmigo y se jactaba de su protección hacia mi, en vez de eso consiguió destruirme y causarme más daño.
Saqué mi teléfono y la nota que Margo me había escrito hace mucho tiempo, tecleé con nerviosismo los números en la pantalla, pero me quedé pensativo antes de presionar el botón "llamar" ¿Y si ella no me recordaba?Imposible, me autorrespondí, ella no se olvidaría de quién le vendaba las heridas o las moraduras que sus papás le causaban en un día de borrachera. Muchas veces la madre de Margo al ser drogadicta la obligaba a consumir drogas y ella después al tener voluntad no seguía consumiendo por lo que entraba una y otra vez en el síndrome de abstinencia, temblaba, lloraba y muchas veces estaba sola cuando enfrentaba todo aquello, no podía imaginarme todo lo que sentía pero podía comprenderla, estar en su posición no era nada de fácil, comprendo el porqué escapó, si fuera mi caso lo hubiera hecho también.

Presioné el botón y llevé el celular a mi oído esperando a rio su dulce voz, pero no por la televisión en donde se dirigía a miles de personas, quería que me hablara a mí.

—¿Aló? —Oí al otro lado de la línea después de dos bips. Mi corazón se detuvo un momento y espiré con suavidad el aire que tenía en mis pulmones. —¿Hay alguien allí? —preguntó con un dulce tono de voz.

—Margo... —Fue lo único que pude decir porque estaba en shock, tantos años sin haberle hablado, ella probablemente no quiera saber nada de mi y lo comprendería.

—¿Quién habla? —Tomé aire profundamente antes de decirlo ya que requería coraje hacerlo.

—Soy Spencer, Spencer Clark, probablemente te acuerdes de mi. —Relamí mis labios mientras esperaba una respuesta.

—¿Cómo olvidar al idiota más grande que existe en el mundo? —Pude oír que rió y eso me hizo sentir de nuevo en casa. —¿Y cómo has estado? ¿Yaterminaste tu carrera de ingeniería en medioambiente? —preguntó ella aparentemente interesada.

—No, de hecho me queda un semestre. —Respondí ya liberando tensiones y sintiéndome en confianza.

—¿Porqué me llamas ahora? Recuerdo haberte dejado mi número de teléfono hace como seis años y no me habías llamado hasta hoy. —Ella sonaba algo nostálgica.

—Es una larga historia. —Resumí intentando no hacerla sentir mal.

—¿Tú también te enfermaste?. —Noté que estaba haciéndome muchas preguntas pero en ese momento no lo relacioné con nada malo, incluso pensé que se preocupaba por mí y tal vez así era.

—No, yo no. —Oí que espiró aliviada —Tu obviamente estás bien.

—Lindo. —Le oí decir con cariño. —Sigues en Atlanta ¿cierto?.

—Si, aún sigo aquí. —Asentí con la cabeza mirando a mi alrededor en el estacionamiento, pude oír a lo lejos que se acercaba una ambulancia, probablemente traía a un herido de gravedad.

—¿Quieres venir a verme? —preguntó de manera algo servicial. —Puedo enviarte un helicóptero que te traerá a Washington DC yo iría pero no puedo salir de aquí.

—No Margo no puedo, es solo que... —Alguien la interrumpió y pude escuchar lo que le decía.

—Margo estamos listos con la distribución de las vacunas para los afectados pero necesito que vengas conmigo para estudiar la cepa que se generó con este cuadro. —Era una mujer jóven la que le hablaba.

—Gracias Johanna. —La voz de la muchacha fue más lejana como si se hubiera apartado del celular. —Oye Spencer lo siento, tengo que irme, llámame más tarde si quieres, te quiero. —Cortó la llamada antes que pudiera decirle algo.

119 Días Antes [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora