10°Deshonestidad

549 53 4
                                    

Volví de la charla agotadísima, solo quería dormir, necesitaba hacerlo, pero aún me quedaban unas horas por completar antes de terminar mi turno. Volví al laboratorio, me coloqué todo el equipo de seguridad pero me quedé en la parte de afuera leyendo mis propios apuntes acerca de la cepa que estaba analizando, apoyé el codo en la mesa y la cabeza en mi mano, cerré los ojos un momento, solo iba a descansar la vista sin quedarme dormida.

—Margo. —Le oí decir a Johanna y abrí los ojos de golpe. —Te estabas quedando dormida —dijo ella sonriendo.

—No, no es cierto, estaba descansando la vista. —Pasé una mano por mi rostro y continué con la lectura.

—Venía a decirte que tu amigo Spencer insiste en querer salir del hospital y que ya está bien, no le agradó ninguna de mis respuestas. —Se alzó de hombros aún con la sonrisa vigente en el rostro.

—Sebo terminar esto —dije sin despegar la vista de las hojas.

—Si, pero no hoy. —Se alzó de hombros. —Ve a ver a tu muchacho y luego ve a dormir, yo haré lo mismo. —Asentí con la cabeza, me puse de pie y dejé los papeles sobre la mesa, e inspiré pesadamente.

—¿Cómo está? —pregunté pasando una mano por el cabello ya que un mechón había caído por mi frente y deshizo toda la bonita coleta que me demoré en hacer pero no la desarmé solo para irme y cepillar mi cabello antes de dormir.

—Tú eres la doctora, no yo.

Se rió y salió sonriendo ampliamente, rodeé los ojos y salí del laboratorio, caminé hasta el elevador y bajé un piso al área médica. Serpenteé por los pasillos hasta que llegué a la sala en donde estaba Spencer sentado y leyendo el libro que yo había dejado allí.

—Nunca comprendí cómo es que amabas la ciencia pero odiabas las matemáticas. —Cerró el libro mientras yo tomaba la carpeta que estaba en la mesa y la leía para poder decirle si tenía que irse o quedarse en el hospital. —¿Cómo te fue? —preguntó dejando el libro a un costado de la camilla.

—Bien. —Asentí con la cabeza tomando una bocanada de aire fresco, pasé una hoja y seguí leyendo el resto.

—Entonces ¿Puedo salir del hospital?. —Negué con la cabeza tomando lo que según yo era la mejor decisión. —¿Por qué?.

—Aún tienes fiebre. —Él me vio mal cruzándose de brazos.

—Margo, es treinta y siete punto siete.
—Miró el termómetro que había tenido en la boca, probablemente Johanna se lo había pasado antes de ir a verme al laboratorio.

—Es cero coma cero dos más de lo ideal. —Me alcé de hombros sonriendo ya que lo estaba molestando.

—¿Quieres dejarme aquí porque me siento mal o porque no quieres tenerme cerca? —preguntó mirándome atentamente, cerré la carpeta y la dejé en la mesa de donde la saqué.

—Dame un espacio —le dije para que me diera un pequeño lado en donde sentarme frente a él, se corrió un poco y me senté allí. —Spencer, si no te quisiera aquí te habría enviado a cualquier hospital, te traje a mis laboratorios, eso debería decirte algo ¿No?. —Lo miré a los ojos sin despegar mi vista para que él me tomara enserio.

—¿Son tus laboratorios? —preguntó sonriendo.

—Si, pero es una larga historia, podemos hablar mañana de eso. —Asintió con la cabeza, llevé mis manos al interior de su codo en donde estaba la intravenosa, me puse de pie y corté el suministro de los medicamentos.

—Margo —dijo mientras yo sacaba con suavidad la cinta que mantenía la intravenosa en su lugar. —Te extrañé. —Saqué la intravenosa y sonreí levemente mientras sus ojos se fijaban en los míos.

119 Días Antes [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora