25°Terca

295 29 0
                                    

Abrí los ojos y me dolió absolutamente todo, la cabeza me daba vueltas y tenía náuseas, miré el lugar en donde estaba, era mi antigua habitación, demonios no, Spencer había ido por mi. Me incorporé y al apoyar un brazo sentí dolor inmediato por lo que al darme cuenta que estaba con la misma ropa que llevaba ayer sentí algo más de tranquilidad, sobé mi hombro  un momento y luego pasé la mano por mi cabello. Esta borrachera iba a ser de las peores. Salí de la cama yendo así descalza a la cocina, Spencer estaba preparando el desayuno, olía delicioso aunque yo solo necesitaba una bebida isotónica.

—Buenos días dormilona —dijo Spencer sonriendo mientras yo buscaba algo en el refrigerador.

—Son las diez —rebatí sintiendo un inminente dolor de cabeza, acabo de salir de fiesta un día laboral, debería darme un tiro en la cabeza.

—Mi amor, son las dos de la tarde y debido a que hace solo una hora me soltaste estoy preparando el almuerzo. —Salí del refrigerador ya que me había internado buscando una bebida isotónica y lo miré algo pensativa mientras sacaba la tapa y bebía el líquido azul de adentro.

—¿Porqué me duele el hombro? —pregunté tratando de indagar en mi noche de ebriedad la que por cierto no va a repetirse.

—Cuando entraste al penthouse te caíste ahí. —Apuntó a la alfombra. —Yse te dislocó el hombro.

—¿Qué?. —Alcé ambas cejas. —¿Y tú lo volviste a poner en su lugar?.

—No, fuiste tú, te pregunté si debía llamar a Johanna pero lo hiciste tu sola. —Se alzó de hombros mientras yo seguía bebiendo la bebida isotónica.

—Demonios —susurré —¿Hice algo de lo que debería arrepentirme?. —Me senté en el elevado piso que estaba en la barra.

—Eso depende —dijo él sentándose frente a mí poniendo una de sus manos sobre la mía.

—¿De qué?. —Puse la fría botella al costado de mi cara para sentir la frescura en mi piel.

—¿Besar a un desconocido lo consideras como algo de lo que deberías arrepentirte? —preguntó él y puse los ojos como platos sin creer lo que estaba diciendo.

—¿A quién demonios besé?. —Fruncí el ceño tratando de recordarlo.

—¿Enserio no recuerdas nada? —preguntó él confundido entrelazando su mano con la mía, Spencer sí era cariñoso, pero yo nunca dejé que lo fuera de este modo conmigo y lo que me sorprendía es que ahora no me importaba realmente, de hecho, quería que lo fuera.

—El alcohol interfiere con los receptores en el hipocampo encargados de transmitir el glumato, un compuesto que se encarga de enviar información entre las neuronas. En palabras más simples, las neuronas tienen dificultades para comunicarse entre sí, lo que a la larga termina afectando nuestra Potenciación a Largo Plazo un proceso básico para que el cerebro pueda aprender y retener recuerdos. En definitiva, el efecto es similar al de la amnesia, donde el cerebro pierde la facultad de generar nuevos recuerdos —expliqué de manera vaga ya que no quería entrar en detalles como lo que era cada cosa.

—No sé cómo se llama, solo me dijiste Ash, por cierto cuando yo llegué ya lo estabas besando. —Se alzó de hombros acariciando con su dedo pulgar el dorso de mi mano.

—Conozco muchos Ash, no es que tenga que conocerlo pero no... —él me interrumpió.

—Dijiste que trabajaba en los laboratorios Mercury. —Puse los ojos como plato sin poder creer lo que me estaba diciendo.

—Ashton. —Pasé una mano por mi rostro.

—¿Quién es? —preguntó frunciendo el ceño.

119 Días Antes [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora