67°Dócil

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Margo despertó preguntándose en dónde estaba, todo era luminoso y había un sonido algo agudo muy repititivo. Se movió notando algo pesado sobre sus piernas por lo que levemente llevó las manos notando que era una frazada. El techo era blanco, y había algo en el dorso de su mano.

—¿Spencer? —preguntó al ver al muchacho dormido a un costado de la camilla sobre un sillón. Tenía un horrible aspecto, como si hubiera estado pasando noches y noches en vela, tenía el cabello desarreglado y tenía puesta una manta de polar encima para capear el frío. —¿Spencer? -insistió mientras trataba de incorporarse pero su cuerpo dolía horriblemente como si todas sus células estuvieran doloridas.

—Margo —comentó Johanna con sorpresa, ella también tenía un aspecto cansado. —Despertaste

—¿Arruiné la fiesta? —preguntó sin querer siquiera pensar en que le había arruinado la boda a su mejor amiga.

—¿Qué? ¿De qué hablas? —preguntó Johanna sumamente confundida.

—¿Que pasó?. —Margo notó que algo no andaba bien.

—Tuviste un accidente de auto hace una semana, has estado en coma desde entonces. —Abrió los ojos de par en par.

—¿Qué?. —Estaba desconcertada. —¿No hubo boda?.

—¿De qué hablas?. —Frunció el ceño. —¿Debería traer al neurólogo?.

—No, creo que lo soñé —afirmó tratando de asimilarlo, estaba acostada. —Dime porqué me duele tanto la pierna.

—Por poco te la destrozaste en el accidente, al igual que las dos costillas, y esa muñeca, en una semana te recuperaste pero tienes que seguir en reposo.

—¿No me detectaron alteraciones de la memoria?. —Negó con la cabeza. —¿Desde cuando está aquí?. —Miró a Spencer quién estaba profundamente dormido.

—Ha estado toda la semana aquí, va a casa a darse una ducha y después vuelve.

—¿Casa?. —Fruncí algo el ceño mientras se incorporaba con cuidado y Johanna la ayudaba.

—Tuvimos que trasladarte de Nuevo México a Washington, no podíamos tenerte en los laboratorios. —Asintió con la cabeza.

—¿No se había ido? —preguntó Margo apoyando su espalda en las almohadas.

—Sí, de hecho estaba en Atlanta —respondió sentándose en el costado de la camilla. —Pero lo llamé y vino sin titubear. —Se alzó de hombros. —Ha cambiado bastante ¿Quieres que lo despierte? —preguntó bajándose de esta

—No, déjalo dormir. —Lo observó unos minutos. —¿Y Blaine?.

—Me llama dos veces al día para saber si estás bien, al parecer se quedó solucionando algo con los Lions sea lo que sea que signifique. —Sonrió sin enseñar su dentadura. —Margo, Aton falleció. —Asintió con la cabeza.

—Si lo sabía, lo vi —comentó en voz baja. —Era un gran muchacho.

—Las flores más lindas son las que escogen primero. —Johanna le sonrió. —Deberías descansar, después puedes preguntarme más cosas, por ahora duerme, le avisaré a tu médico que despertaste para que determine si puedes irte a casa. —Le dio un aflojado abrazo. —Es bueno que estes de vuelta, te extrañaba.

—Johanna ¿Y los tatuajes? —preguntó al ver sus brazos vacíos y la muchacha solo se quedó viéndola preocupada.

—Margo, solo tienes uno y está en tus costillas, no tienes nada en los brazos, lo notaríamos —respondió de manera obvia cruzándose de brazos.

119 Días Antes [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora