119 Días Antes [Terminada]

105•Ávida

—¿Aton? —pregunté frunciendo el ceño al verlo caminar por el pasillo a las diez de la mañana. —Oye —dije saliendo del laboratorio del segundo piso para verlo. —¿Qué haces?.

—Te busco —dijo algo serio por lo que ladeé la cabeza intentando entender para que me necesitaba. —Creo que necesitamos hablar. —Asentí con la cabeza.

—Entra. —Él ingresó al laboratorio y cerré la puerta para que los demás no se enteraran de lo que estábamos hablando. —Si quieres siéntate, solo revisaba algunos papeles. —Él se sentó sobre uno de los taburetes y me senté frente a él. —Dime que es lo que ocurre.

—Ayer —comenzó a decir. —Fue un bombardeo de información, alguna necesaria como otra innecesaria —mencionó de manera honesta. —Lo de la máscara y la ropa estuvo pertinente al plan, pero mencionar toda esa locura del arma, de lo que pesa y como se dispara creo que fue innecesario, no porque no fuera información importante, ya que lo es, sino porque todos quedaron mareados con tanta verborrea de Vanessa y son cosas que prácticamente no entendemos, sabemos usar armas de todo tipo Margo, automáticas, semi automáticas y de la más comunes y corriente, pero no sabemos su composición, tampoco como se arman o su rango de alcance, nosotros sólo las usamos y ya. —Sonrió al final de la frase.

—¿Y qué sugieres que haga? —pregunté algo preocupada.

—Ponlo en un lenguaje que nosotros entendamos.

—Okey. —Asentí con la cabeza. —Llama a tu gente, los espero en el piso menos tres en diez minutos. —Me coloqué de pie pero me detuvo con un comentario.

—¿Qué harás? —preguntó frunciendo el ceño.

—Ponerlo en un lenguaje en el que entiendan. —Sonreí. —Ya, ve. —Él se puso de pie y salió del laboratorio yendo al primer piso mientras yo iba a buscar a Vanessa, sin duda esto requeriría de su presencia.

Margo caminó y tomó el elevador hasta el piso menos tres, iba al encuentro con los diez Lions que quedaban en pie ya que los otros estaban en las garras de los federales. Ella sabía que necesitaban apurarse para salir de todo el enredo lo más rápido posible ya que mientras más tiempo pasaran los muchachos en el subterráneo del pentagono, más posibilidades habían de que al salir fueran infiltrados del gobierno que los mismos que seguían las reglas de una unidad mayor como lo era la pandilla de los narcotraficantes más peligrosos de Nuevo México.
A penas las puertas se abrieron se encontró con lo que le pidió a Vanessa que hiciera, todos estaban sentados en una silla que a su vez estaba soldada al suelo, pero no sabían que era lo que les esperaba. Margo intentaba ponerlos en la situación que enfrentarían.

—Ayer fue información innecesaria la que recibieron —comenzó a decir Margo observándolos a todos mientras corría la vista. —Y creo que necesitan un golpe de realidad para que vean a lo que se van a enfrentar si el plan sale mal y como salir de esa situación si es que así se lo proponen, ¿Algún voluntario? —preguntó la muchacha sin esperar que nadie se ofreciera, pero fue Blaine el que se ofreció caminando hasta la muchacha.

—Bien, el lider da el ejemplo —mencionó Vanessa tomando la cinta adhesiva industrial que estaba sobre una mesa metálica.

—¿Qué harás con eso? —preguntó Blaine sonriendo de manera nerviosa.

—Atarte —mencionó la ex sargento de manera seria. —Pero sólo las manos, teniendo las manos libres todos ustedes serán capaces de salir de la silla. —Blaine extendió las manos con las palmas juntas, por lo que Vanessa le rodeó las muñecas con la cinta dando varias vueltas un tanto apretadas. —Pensándolo bien —dijo Vanessa observándolos a todos. —Extiendan las manos, todos necesitan aprender a hacer esto.