76•Frialdad

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Abrí los ojos y los sentía borrosos, la falta de sueño ya comenzaba a afectarme seriamente, si, dormí un poco pero a penas habían sido un par de horas, exactamente fueron tres, pero no eran suficientes como para recuperarme del todo. Me incorporé y vi a Logan ordenando las cosas, las metía con agilidad en mi mochila y ya había desinflado el otro colchón. Pestañeé tratando de quitar la tela que estaba sobre mi retina pero solo empeoraba las cosas, traté de afirmar bien el cierre del saco para abrirlo y salir de allí pero mis manos se volvieron muy torpes, demasiado, era tanto que no lograba mantener el pequeño carrito entre mis dedos por lo que no podía abrirlo.

—Déjame ayudarte —dijo Logan acercándose y abriéndolo con suma agilidad.

—¿Qué pasa? —pregunté confundida aclarando solo un poco mi vista pero aún así estaba borrosa y cansada.

—Vamos a casa, no podemos seguir aquí si no estás bien.

—Pero estoy bien —dije tratando de detenerlo para que no ordenara todas las cosas pero ya había avanzado demasiado.

—Claro que no. —Negó con la cabeza, me puso las manos al costado del rostro. —Vanessa ya viene, así que terminemos de ordenar esto. —Apoyé mi cabeza en su hombro. Él pasó su brazo por mi espalda y me dio un beso en la cabeza. —Vamos. —Frotó mi espalda con suavidad. —Tienes que subir esa escalera otra vez. —Sonrió.

Le ayudé a ordenar las cosas dentro de lo que mi torpeza me permitía ya que hoy sí que estaba muy imbécil para hacer algunas cosas, me costaba procesar rápido lo que me decía o pedía por lo que en vez de ser de ayuda creo que sólo terminé siendo un gran estorbo.
Pasé mis brazos por las asas de la mochila y emprendimos camino hasta la cresta de la montaña en donde habíamos descendido. Mi manera de caminar se había vuelto serpenteante y tambaleante, hasta el equilibrio me fallaba y me costaba un montón seguir una línea recta. Tomé el brazo de Logan y allí pude mantener mi equilibrio pero ya llevábamos dos horas de caminata y estaba agotada como para seguir.
Oí al helicóptero acercándose y supe que estábamos cerca del lugar de abordaje. La escalera de soga cayó frente a nosotros y sabía que no iba a ser capaz de subirla sin sufrir un accidente por mi lerdo estado mental. De todos modos iba a hacerlo pero Logan no me permitió acercarme.

—Vanessa, Margo no va a poder subir esto sin caerse. —Me tomó la mano y me mantuvo detrás de él para que no me acercara a la cornisa del acantilado.

—Espera —vociferó la muchacha desde el helicóptero, bajó la máquina acercándose muchísimo más a nosotros pero aún así estaba dos metros por sobre nuestras cabezas. —No puedo bajar más. —Se asomó por el costado abierto. —Son solo dos metros, puedes subirlos —me dijo convencida de aquello.

—Iré detrás de ti, solo sube lo más rápido que puedas. —Asentí con la cabeza aferrándo mis manos a la soga para no caer. Subí cada escalón presionándome a mi misma para no cometer ningún error, llegué al borde de la máquina y sentí las manos de Vanessa tomando las mías dándome de cierto modo un apoyo extra.

—Te tengo. —Me subió al helicóptero y fui a sentarme y a abrochar mi cinturón ya que necesitaba estar segura antes de desvanecerme por completo. Unos minutos más tarde y Logan ya estaba a mi lado abrochándose también el cinturón.

—En dos horas llegamos —informó Vanessa tomando el mando del transporte. —Me apresuraré pasa que solo sea una. —Sacó el modo piloto automático y tomó el control manual.

Apoyé los codos en mis muslos y puse la cabeza sobre mis manos tomando aire profundamente. Tenía ese persistente sentimiento en donde no me sentía para nada bien, estaba débil, tenía la vista borrosa y a pesar de todo eso pasaba días sin poder dormir por más que lo intentara, es como si quisiera pero no pudiera.

119 Días Antes [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora