83•Cruel

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Tiró de ella hacia arriba intentando hacerlo lo más rápido posible, Margo seguía insistiendo en que no la subiera, que la soltara, necesitaba esto, pero más que necesitarlo lo añoraba.

—Suéltame —insistió tratando de hacer que la soltara pero él no le puso atención debido a que no iba a soltarla. —Spencer es mi decisión, no tuya.

Él la subió rápidamente y la dejó en el suelo pero ni a penas la dejó allí intentó saltar de nuevo por lo que la rodeó por la espalda con los brazos y se sentó en el suelo sin soltarla, le afirmó las manos y resistió, todos los empujones, todos los gritos, todos los golpes que le dio para salir de su agarre.

—Shhh —susurró en su oído cuando Margo intercambió los gritos por llanto, un llanto tan profundo, tan sentido que era capaz de conmover hasta al más fuerte. —Ya pasó. —Aflojó algo el agarre aunque no tenía intenciones de soltarla al cien por ciento. Ella encogió las piernas y se echó a llorar con muchas más ganas. —Ya pasó —insistió mientras ella dejaba la cabeza caer hasta atrás apoyándola en el hombro del muchacho. —Shhhh. —Apoyó su cabeza sobre la de ella, aún así seguía llorando y Spencer seguía asujetandola. —Dime algo —le pidió el muchacho cuando ya habían pasado algunos minutos en los que habían estado en completo silencio solo oyendo como les latía el corazón y los sollozos de la chica. —Lo que sea —murmuró. —Solo dime algo.

—No quiero —susurró sin ganas, su rostro no tenía vida, estaba pálida, tenía los ojos rojos, los labios secos, las mejillas húmedas y el cabello desordenado.

—Necesitas terapia —sugirió el chico acariciándole los dorsos de las manos. —Es enserio.

—Estoy bien —repuso con voz apagada tratando de salir del agarre que aún mantenía. —Solo suéltame, déjame ir y aléjate junto con el resto.

Spencer se puso de pie y por consiguiente la muchacha también tuvo que hacerlo y comenzó a caminar así, con los brazos rodeando su torso.

—Suéltame —dijo ella en un tono más neutro y frío. —Por el amor de Dios déjame ir por favor —pidió cuando estaba entrado al ascensor.

Como sus palabras no fueron oídas, escuchadas, o tomadas en cuenta decidió guardar silencio, no quejarse, no decir nada, dejar que todo fluyera, que la llevaran donde quisieran, pero que no la obligaran a hablar si no iban a hacer algo con las palabras que decía. Su opinión ya no importaba. No iba a oír lo que le dijeran si ellos no hacían lo mismo con ella. En el ascensor Spencer no quiso soltarla, las puertas se abrieron en el nivel dos de la sala médica, decidió dejarla libre pero la seguía de cerca. Logan vio a Margo y se acercó a ella rápidamente, había esperado que estuviera bien y que nada le hubiera pasado después de la noticia, pero cuando iba a darle un abrazo ella se alejó.

—Margo —dijo el muchacho pero pasó por su lado y se adentró en los box de atención. —Oye. —La siguió junto con Spencer pero entró a un box y cerró la puerta con seguro dejándolos a los dos afuera. Lo bueno era que las puertas eran trasparentes y podían verla.

—¿Porqué venían de la azotea? —preguntó Logan mientras el chico que estaba a su lado se subía las mangas viendo todos los rasguños y moretones que tenía en la en los antebrazos.

—Saltó. —Logan palideció y forcejeó con la puerta ya que adentro habían múltiples cosas con las que podía ocasionarse daño, una sobredosis de ciertos remedios incluso podía matarla.

La manilla cedió y él entró a la habitación mientras Margo se quitaba los zapatos y caminaba en busca de una vía intravenosa, un catéter y la bolsa de suero.

—¿Qué haces? —le preguntó viendo que se subía la maga de la polera y arreglaba lo demás para autosuministrarse suero. —¿Lo hago?. —No hubo respuesta. —Lo estás haciendo mal, te vas a lastimar.

119 Días Antes [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora