24°Estricta

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Al entrar al bar de inmediato sentí el calor que la gente presente emanaba al bailar y saltar. Vi hacia el escenario y noté a un Dj de música electrónica, uno de mis favoritos de hecho, no podía creer que acababa de colarme en una fiesta que parecía ultra exclusiva, debo admitir que Margo tiene buen gusto para lugares nocturnos ya que yo pensé que iba a ser mucho peor. Fui adentrándome en la multitud tratando de hayar a la muchacha, la gente me aplastaba y empujaba por lo que muchas veces estuve casi a punto de perder el equilibrio. Pensé que tardaría años en encontrarla si estaba aquí bailando, pero luego pensé que ella odia los gentíos así que si estaba aquí aún iba a estar en un lugar apartado, algo así como el bar. Caminé capeando golpes y teniendo que apartarme de unas muchachas que trataban de bailar conmigo, salí de la multitud y fui al bar, comencé a mirar a todos descartando inmediatamente a muchos solo por el aspecto físico, en la barra no había nada, pero habían unas butacas que estaban algo llenas, por lo que me sentí incómodo al mirar a la gente de allí. Vi a una muchacha algo parecida, vestía un short bastante corto pero unas botas altas que sobrepasaban sus rodillas, traía una polera holgada que dejó adentro de su short y una chaqueta de mezclilla que era como tres tallas más grande que ella. No sé que era lo que me sorprendía más, que estuviera vestida de esa manera o que estuviera practicamente sentada en las piernas de un muchacho mientras se besaban. Inspiré pesadamente recordando esto, Margo está ebria porque no haría esto de no estarlo.

—Margo —dije acercándome mientras ellos dejaban de besarse.

—Spencer —respondió ella sonriendo ampliamente.

—Vamos —demandé en un tono algo duro.

—¿Qué? No —dijo riendo. —La estoy pasando muy bien. —Se puso de pie tomando mi mano queriendo llevarme a la pista de baile.

—Margo, estás ebria, vamos a casa. —Cerré mi mano alrededor de su muñeca.

—Oye ¿Es tu novia? Porque si lo es déjame decirte que besa delicioso —dijo el muchacho obviamente ebrio desde la butaca mientras sonreía.

—A casa —insistí, ella accedió caminando detrás de mi mientras yo hacía el papel de escudo para que no la empujaran o botaran al suelo.

Salimos del club y noté que no podía mantener el equilibrio, las botas tenían un enorme taco que no le permitían a su tobillo darle el agarre necesario para no caer.

—Margo. —Me detuve en seco. —¿En qué demonios estabas pensando al venir a un club tu sola?. —Sonrió y tambaleó hacia atrás por lo que sujeté su mano dándole estabilidad.

—Quería divertirme —respondió sin arrastrar las palabras, el alcohol no le afectaba como a mi.

—Es que estás haciendo todo mal —comenté molesto.

—Bueno, soy una científica que no sabe como hacer que un virus mute y fracasé. —Se alzó de hombros poniendo su mano en un poste de alumbrado público y comenzó a dar vueltas afirmada de él.

—No hablo de eso, me refiero a que eres súmamente inteligente y desgastas ese talento hackeando la sede del departamento de defensa. —Ella rió mientras daba vueltas mirando hacia arriba.

—Tiene que calmarte ingeniero en medio ambiente. —Volvió a reír. —¿Cómo se supone que eso te ayude a retrasar el plan? —balbuceó un poco. —No puedes salvar al mundo solo con matemáticas, necesitas la ciencia —dijo mirando al infinito como si hablara de una manifestación.

—¡Margo! —espeté tratando de detener esta situación. —¡Estabas besando a un muchacho que ni siquiera conoces!. —Ella se detuvo y rodeó los ojos tambaleando hasta mi.

—Se llama Ash y trabaja en los laboratorios Mercury, es un astrónomo. —Apreté la mandíbula, resultaba tener un buen argumento para todo, no se podía discutir con ella ni cuando estaba ebria.

119 Días Antes [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora