99•Intransigencia

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—¿Qué tan malos eran los padres de Margo con ella?. —Quiso saber Spencer, recordaba sin duda la reacción que tuvo la muchacha en su planeta cuando la hizo hablar de eso.

—Muy malos —se limitó a decir el muchacho mientras se veía a sí mismo servir el desayuno.

—¿Y dónde están ahora? —preguntó frunciendo el ceño.

—No lo tengo claro —se cuestionó Spencer tratando de averiguar si se lo había mencionado en algún momento, pero no lo recordaba. —Creo que debería preguntarle.

Se oyeron ruidos venir desde el cuarto y supusieron que era ella quien se había levantado, la puerta se abrió y salió una Margo tan adormilada que no se percató que los muchachos ya se habían levantado, fue hasta el refrigerador y sacó de allí una bebida energética que abrió con agilidad haciendo palanca con la pieza de metal que estaba en la superficie.

—Buenos días —le dijo el muchacho que la había tapado con las mantas antes de poder salir.

Ella volteó y al verlos a ambos se sobresaltó debido a que se olvidó que eran totalmente iguales, si Spencer no tuviera el yeso fácilmente podría confundirlos.

—Demonios verdad qué hay dos de ustedes ahora —comentó quitando la vista de ellos mientras caminaba hasta el living e iba a la puerta principal.

—¿Margo? —preguntó Spencer siguiéndola de cerca. —¿Dónde vas? —preguntó viéndola salir de la casa y presionar el botón del ascensor.

—Dejé mis gafas en la sala de descanso —dijo antes de entrar al elevador y el muchacho tuvo que entrar al penthouse ya que no le quedaba de otra, pero dejó la puerta abierta para que entrara sin dificultad alguna.

—Se dio cuenta que salió en pijama ¿verdad? —preguntó el muchacho que estaba sentado a la barra comiendo el desayuno que él mismo preparó. —Eso no siquiera parecía pijama, un short tan corto y una polera tan apretada parecen algo mucho más llamativo —comentó sonriendo ya que no pensó que esta muchacha así de seria pudiera usar aquellas cosas.

—No tenía su otro pijama limpio, porque no duerme con eso nunca —explicó el muchacho de manera vaga.

—¿Entonces duerme con un pijama de polar? —preguntó riendo levemente.

—Buzo, ella duerme con un buzo que dejó de pijama.

—¿Porqué un buzo?.

—Porque está sobre su lugar de trabajo, siempre han venido a buscarla temprano en la mañana o tarde en la noche porque necesitan que arregle algo o porque tiene que autorizar algunas cosas. —Se alzó de hombros. —Pero como no duerme muchas veces ella misma se queda haciendo cosas en el laboratorio.

—¿Y eso porqué?. —Frunció el ceño viéndolo directamente a los ojos.

—Pesadillas, ella evita dormir para no tenerlas.

—Eso le hace mal.

—Margo es así, le da igual su salud si puede evadirlas.

—Johanna. —Se oyó la voz de Margo -solo quería mis gafas, no tenías que regañarme todo el camino de vuelta al penthouse. —Entró con la muchacha que la venía empujando para que no saliera del lugar.

—Transita mucha gente por el área médica y bajas así, descalza y en pijama ¿Donde quedó tu profesionalismo? —le preguntó aguantando la risa ya que de todos modos había sido gracioso.

—En la basura junto con mi título y esas cosas. —Se alzó de hombros terminando de beber el resto de la bebida energética que estaba en la lata que sostenía entre los dedos.

119 Días Antes [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora