44°Libertad

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—¿Dónde está Tessie? —pregunté cerrando los puños por el inevitable ardor que se esparcía por todo mi cuerpo era como si por mi sistema circulatorio circulara ácido que quemaba todos mis terminales nerviosos a su paso.

—Margo está cuidando de Tessie —respondió ella pasando el hilo metálico por mi piel uniéndola nuevamente.

—¿Está en el laboratorio con ella?. —Cerré los ojos sintiendo que aquella cosa metía sus largos brazos por mi músculo tirando de él y presionándolo para aferrarse.

—Claro que sí, Margo no va a quedarse en casa. —Johanna ataba con afilidad las suturas por lo que el hilo danzaba sobre el tejido uniéndolo.

—Pero hay elementos nocivos en el laboratorio que podrían hacerle mal. —Sentí como el sudor frío bajaba por mi frente y nuca, puede que se deba al dolor que extrañamente lo sentía en todo el cuerpo y no solo en el brazo.

—¿No oíste la parte cuando dije que Margo está solo trabajando con una pizarra?. —Johanna frunció el ceño mientras cortaba el hilo dejando todos los implementos en el carrito. —Puede ser desalmada muchas veces pero no le haría daño a Tessie y a ti tampoco.

—¿Y qué hay de ustedes? —pregunté tratando de saber el tipo de relación que poseían.

—Bueno, somos amigas, me dijo muchas veces que no corría peligro y hasta el momento ha sido así, en cuanto a Logan no creo que esté expuesto a algo, lo quiso mucho y creo que aún lo quiere, no más que a ti obviamente. —Rió un poco, yo lo hubiera hecho si no me sintiera realmente mal.

—¿Puedo preguntarte quién fue el que me puso esta ropa? —indagué ya que traía una polera blanca de manga tres cuartos apretada es como si fuera una talla menos de la que me gusta usar normalmente. Además de unos pantalones blancos holgados del mismo color y calcetines, no eran míos, para nada, yo solo usaba negros.

—¿Preferirías que te dijera la verdad o que te mintiera?. —Ella tomó una gasa y envolvió mi muñeca por lo que sentí un pinzamiento en la zona y las náuseas no tardaron en llegar.

—Necesito un sedante —murmuré cerrando levemente los ojos.

—Claro, termino con esto y te lo suministro. —Puso una cinta adhesiva al final de la gasa y dejó los guantes junto con el resto del rollo de vendaje en la mesita caminando hasta el catéter que estaba dispuesto en el interior de mi codo y conectó un tubito a una bolsa que se veía pequeña, honestamente no se nada de implementos médicos.

—¿Quién fue? —insistí en la pregunta.

—Margo lo hizo —respondió rodeando la camilla y llegando a mi otro brazo mientras tomaba un catéter y lo insertaba con suavidad, sentí solo el pinchazo el resto no fue nada comparado con el ardor del resto de mi cuerpo. —Sonríe un poco Spencer, no te mentí. —Sus comisuras se elevaron mientras me suministraba lo que aparentemente era suero.

—No, es solo que me hubiera dicho que iba a hacer esto. —Apreté los ojos sintiendo algo de náuseas nuevamente.

—Ella es así. —Se alzó de hombros.

—¿Vas a dejarme amarrado? —pregunté tratando de moverme pero realmente estaba atrapado.

—Te voy a quitar esto solo si me prometes que no vas a quitarte ninguna de las dos vías y que no te bajarás de la camilla. —Asentí con la cabeza. Johanna me quitó las amarras de los brazos, pecho, torso y piernas, luego caminó revisando el suministro de medicamento. —Ya está listo.

—Johanna tengo frío ¿Podrías por favor traerme algo?. —Ella asintió con la cabeza.

—Claro, iré a dejar esto y volveré con unas mantas —sonreí levemente aunque solo fuera una vil mentira no tenía ganas de sonreír.

119 Días Antes [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora