100•Superficialidad

138 16 3
                                    

—¿Pasa algo? —preguntó el otro Spencer, el que si vive en mi tierra y ya no traía puesto el yeso sino una venda, por lo que creo que él nuevo método para fracturas ha mostrado un gran avance.

—Pregúntale a ella, no me mires a mi —respondió el otro Spencer cruzándose de brazos.

—¿Crees que no lo sabe? —pregunté rodando los ojos. —Tal vez no con tanto detalle pero si lo sabe. —Me alcé de hombros, no había nada que él de algún modo pudiera hacer para poner a Spencer Clark de la tierra en mi contra.

—¿Qué se qué cosa?. —Alzó ambas cejas. —¿El virus o el plan para acabar con el mundo?. —Pasó la mirada de él hacia mí y viceversa.

—Entonces si sabes —respaldó el otro chico. —¿Y dejarás que lo haga?. —Alzó ambas cejas como si no pudiera creer lo que estaba ocurriendo o la manera en la que se estaban dando las cosas.

—Lo hará con o sin mi aprobación. —El físico tomó aire profundamente antes de decir algo, aparentemente estaba perplejo.

—¿Dónde están tus padres Margo? —preguntó pasando las manos por su cabello mientras se quitaba los lentes y los dejaba en la encimera con un sutil gesto.

—¿Quieren hablar de eso ahora?. —Alcé ambas cejas y ambos asintieron con la cabeza al mismo tiempo, parecían estar ultra cincronizados. —Están en un agujero o eso es lo que espero al menos.

—¿Dónde? —preguntaron al unísono y me sentí doblemente cuestionada.

—Cuando ataqué cibernéticamente el departamento de defensa de este país me secuestraron, otra vez, y tenía que culpar a alguien ¿Qué mejor carnada que ellos? —comenté a la ligera sin darle real importancia, ellos no me importaban y de ese modo tampoco lo hacía su integridad física.

—¿Porqué? —preguntó Spencer de Ohmnus tratando de comprender mis acciones con respecto a mis padres.

—Hierba mala nunca muere Spencer, aún así yo tengo prohibido acercarme a computadoras, pero esos sujetos se lo merecían y no me arrepiento, tanto como el gobierno, como mis padres merecían algo de tal magnitud. —La puerta se abrió sin dejarnos terminar de conversar y apareció Blaine por ella, traía un rostro sumamente preocupado y tal vez un poco alterado.

—Trae tu chaqueta y sígueme —dijo de manera seria y demandante mientras los dos muchachos a mis espaldas se miraban entre sí.

Tomé aire profundamente yendo por la chaqueta a mi cuarto, la tomé de entre la ropa del armario y salí del Penthouse siguiendo a mi primo quien aún no me explica qué ocurre como para que entre así a mi casa, sin mencionar que él jamás ha venido aquí.

—¡Blaine!. —Troté levemente para poder alcanzarlo debido a que estaba a unos cuantos metros más allá presionando reiteradamente el botón del elevador para que llegara. —Oye. —Llegué a su lado pero su rostro no cambió mucho. —¿Qué ocurre?.

—Voy a decírtelo abajo, son muchas cosas de las que tenemos que hablar, pero primero ponte esa chaqueta —mencionó en un tono algo demandante. El ascensor llegó, nosotros entramos pero a penas las puertas se cerraron me acerqué al tablero de este y presioné el botón de emergencia que lo mantenía detenido entre pisos así no podíamos avanzar y eso nos daría tiempo para conversar. —¿Qué haces?. —Alzó ambas cejas.

—No nos moveremos hasta que tú me cuentes que es lo que está pasando, no es por nada pero no es el mejor momento como para que me dejes en ascuas, deberías decírmelo. —Él remordió sus labios y me observó atentamente colocando las manos sobre sus caderas levantando así la chaqueta de cuero que traía puesta.

119 Días Antes [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora