XXXV. El Falso Bardo

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Kings Landing

—¿Rosby? —preguntó el Gorrión Supremo.

—Así es, Santidad. Mi Robb está en Rosby, crece bajo el cuidado de Olyvar Frey, el juró proteger a mi hijo con su vida...

El anciano no parecía convencido. Necesitaba pruebas, de otra forma la artimaña con Lorean no habría servido de nada.

Por la mañana, la Septa Unella hizo que Ellys acudiera ante el Septón. Su juicio se había realizado nueve días atrás. Tardaron seis en corroborar que Robb Stark no era protegido por los Westerling. Fueron los mismos días que tardaron en encerrar a Lorean Lothston en una celda de expiación, acusado de falso testimonio y conspiración.

—Los Frey fueron los que asesinaron a aquél joven que se hacía llamar Rey en el Norte —dijo el Gorrión— ¿Por qué le confiaría la vida de su heredero a uno de ellos?

«Porque Olyvar era inocente.»

****

Alguna vez, Robb le había hablado sobre Olyvar Frey, dijo que el joven era honorable como nadie, y que fue tan leal que incluso cuando su Casa abandonó la causa de los norteños, él quiso quedarse a su lado como su escudero, pero sus hermanos se lo impidieron. Se había enterado de los planes de sus hermanos la mañana misma del matrimonio.
Estaba dispuesto a ir en contra de su familia para salvar la vida de Robb. Pero Stevron Frey se encargó de frustrar su acto de valentía, hizo que lo encerraran en una de las celdas de Los Gemelos hasta dos semanas después de la terrible Boda Roja.

El muchacho apareció en Nayland cuando Robb El Niño bordeaba los seis meses de nacido. Estaba vestido con ropa vieja y sucia, tenía el cabello claro e hirsuto, la piel amarillenta y los huesos pegados a la carne. Ellys imaginó que con más alimento, no sería del todo ordinario.

Se hizo pasar por un simple bardo por varios días, hasta que pudo acercarse a Ellys y le reveló su identidad.

Para entonces, Jeyne Frey ya había dejado el Pantano de la Bruja para reunirse de nuevo con su esposo en Los Gemelos. Y la vieja Ellyn, había emprendido un viaje secreto, acompañada sólo de un guardia y dos caballos.

—Robb Stark no era sólo mi rey —dijo el joven Olyvar en aquella ocasión— También era mí amigo, y yo lo veneraba. Habría muerto por él, pero no pude salvarlo... Por eso estoy en deuda con usted, mi lady... Con usted y con mi Rey —se refirió al pequeño Robb— Traje esto para demostrarle que mis palabras son sinceras.

Desenvolvió un telar de lino color amarillo con manchas azules. Lo hizo girar sobre sus rodillas hasta que por fin Ellys pudo vislumbrar el mandoble.

—Es la espada de Robb... —susurró ella.

—Debí haber traído sus huesos —dijo Olyvar— Él debe descansar en las criptas de Winterfell junto a los otros miembros de su Casa. Pero no sé en donde lo pusieron... La piel de Viento Gris se la enviaron a Lord Tywin Lannister, oí cuando mí hermano Lothar se lo decía a Walder El Negro.

—¿Qué otros nombres has oído?

—Muchos... Pero tienen cuidado de mí, saben que no admito lo que hicieron.

—¿Alguno de ellos saben que estás aquí?

—No. Piensan que voy camino a Rosby para casarme con mí prima Delilah —afirmó— Puede venir allá conmigo, mi lady... Sé que hoy sería mi Reina si el Rey Robb siguiera aquí.

«Sería tan reina de Robb, como fui princesa de Theon.» Recordaba haber pensado.

—Hablaremos de eso después. En la cena, si le parece bien, ¿Cree que pueda quedarse aquí un par de días más? —él tenía información que ella necesitaba.

Los Últimos Reyne II | Fanfic GOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora