Cuando Bronn le dijo que su esposa estaba en el campamento, pensó que se trataba de otra de las usuales bromas del mercenario. Pero mientras caminaba al lugar de encuentro, se topó con hombres que reconocía, soldados que habían luchado a su lado en batallas anteriores. Traían vagones llenos de comida y vino, telares nuevos para nuevas tiendas de campaña y lo más llamativo eran sus armaduras.
De no haber reconocido la cara de Lord Robar Algoot lo habría tomado como a un enemigo. Con la armadura de color plata con dos leones en lugar de uno.
«Los Reyne se están apoderando de todo.» Pensó Jaime.
No sería la primera vez que lo hacían; cuando Ellyn Reyne era esposa de su tío abuelo Tion, ella se encargó de manejar la Roca a su antojo. Puso y quitó sirvientes, organizó reuniones esplendorosas, fiestas lujosas con invitados de toda clase. Según le había contado alguna vez su tía Gemma, Ellyn Reyne cambió incluso los colores de los manteles del comedor, echó las telas doradas y en su lugar colocó sedas plata y rojas, siempre para dejar por lo alto su Casa y disminuir la de su marido. Todo eso se acabó cuando Tion murió durante la segunda rebelión Fuegoscuro, y su bisabuelo la casó con Walderan Tarbeck.
«Pero ahora la situación es diferente.» Reconoció. «Ya no es tan fácil prescindir de las Reyne.»
Y ciertamente, tampoco quería hacerlo.
Cuando vio a Ellys apostada en la ladera del río, sintió alivio de saber que estaba bien.
-Ellys -dijo con voz suave- Pensé que era una broma de Bronn.
-Jaime... -ella se giró a verlo, el cabello rojo voló sobre su cabeza como hojas al viento. Estaba más corto que la última vez, supuso que era cosa de los gorriones.- Vine a pagar la deuda que tengo contigo -dijo Ellys.
-¿Deuda? -esperaba cualquier respuesta menos esa. Desde su punto de vista, era él quien estaba en deuda con ella.
-Sí, la deuda por... Dioses... -soltó una risita nerviosa- Ya no importa. Me alegra verte, hace unas semanas pensé que estabas muerto...
Jaime se acercó a la ladera junto a ella. Tenía las mejillas ligeramente hundidas y sus ojos parecían tristes aunque puede que ni ella misma lo hubiera notado.
-Supe lo de Myrcella -dijo Ellys- Lo siento mucho. Recuerdo que ella era tan dulce -sonrió- Ella y Tommen me llevaron flores una vez, cuando esperaba a Harwyn y...
Dejó de hablar como si aquello le trajera un mal recuerdo a la mente.
«Fue cuando la falsa sirvienta trató de matarla.» Pensó Jaime.
Cuando eso pasó, él no le prestaba atención alguna a la muchacha, así que lo ocurrido con ella sólo fue un chisme que se extendió por todo el Red Keep. Dijeron que alguien había tratado de envenenarla.
En ese entonces, él creyo que tal vez fue cosa de Cersei, pero su hermana no tenía motivos para hacer algo contra la joven, además, la propia Reina estaba ansiosa por saber quién había sido, temía que esa persona pudiera atentar contra ella o contra sus hijos.-Ella también me contó la historia de las flores -dijo Jaime con cariño- Te tenía en buena estima.
Ninguno de los dos dijo nada más por un buen rato, era un silencio cómodo, donde la compañía mutua parecía suficiente. Por el rabillo de los ojos, Jaime la vio apreciando la nada. No tenían más que río frente a ellos. Aguas oscuras cubiertas de hojas secas regadas como un manto.
-No sé si lo sabes -Jaime rompió el silencio- El Gorrión Supremo anuló nuestro matrimonio. Nosotros ya no estamos casados... Al parecer nunca lo estuvimos.
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Los Últimos Reyne II | Fanfic GOT
Fanfic«Pero ahora lluvias lloran en su salón, con nadie que las escuche. Sí, ahora las lluvias lloran en su salón. Y no hay ni un alma para oír». Después de la fallida rebelión de la Casa Reyne contra los poderosos Lannister de Roca Casterly; Tywin Lannis...