L. En La Cima De La Roca

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Tierras Del Oeste
Roca Casterly


La Roca se erguía orgullosa. Tan altiva como los señores que la habían ocupado por cientos de años. Desde que los Casterly se acoplaron a la fortaleza mucho antes de la llegada de Aegon El Conquistador, hasta que Lann El Astuto logró hacerse del castillo a base de engaños, descendiendo de él los grandes Reyes de la Roca, y muchísimos años después, cuando un joven Tywin Lannister se alzó en armas contra los Reyne y los Tarbeck al negarse a pagar tributo.

Roca Casterly era un lugar imponente. Jamás había caído en manos enemigas, ni siquiera ante los dragones.

-Es... majestuoso -susurró Ellys al llegar a las afueras de las murallas.

-Está en casa, mi lady -dijo Ser Collum- Este es su hogar.

«¿Mi hogar?» ¿Podía serlo en verdad?

Nueva Fortaleza había sido su hogar hasta los trece, bajo sus paredes blancas había compartido una infancia feliz junto a sus sobrinas y a sus hermanos.

«Pero entonces era Manderly.»

También fue Manderly cuando llegó a Winterfell, su segundo hogar; con pocos guardias y menos ganas aún de convertirse en una dama. En las tierras de los Stark había dado su primer beso, y poco después, también había compartido esas escasas noches de amor veraniego con Theon, a quien entonces, creía, amaba con locura. En ese castillo había presenciado la llegada de la corte real, con el inmenso Rey Robert y su incómoda esposa, Cersei Lannister. Había reverenciado a la Reina con temor y devoción, sin saber que esa mujer le haría tanto daño.

«La mitad de los que estuvieron presentes ese día, hoy están muertos.» Pensó espantada, mientras Gloria subía por la colina hasta las puertas pequeñas del castillo más grande del Oeste.

Recordó que también fue en Winterfell dónde conoció a Jaime Lannister, "El Matarreyes", con esa mirada despectiva y esa sonrisa que cortaba como un cuchillo. En aquel tiempo le había parecido un hombre atractivo, pero no más interesante que un caballo, pese a todas las historias que le precedían. Los años habían hecho que esa forma de pensar cambiara de manera abrupta.

Le tenía cierta estima. Y con el tiempo que llevaba lejos de él, incluso llegó a extrañarlo.

Dos guardias montados descendieron de la colina hasta darles el alcance, ambos llevaban una armadura diferente a la que usaban los soldados Lannister en Kings Landing. En lugar de tener en el pecho un león dorado en fondo escarlata, tenían dos leones de igual proporción, de pie uno a espaldas del otro, dorado y rojo sobre un campo de plata.

-La esperábamos, mi lady -dijo uno de ellos.

-¿Quiénes son ustedes? -Ser Collum se adelantó a Ellys e impuso su caballo entre ella y los extraños guardias.

-Ser Brax, soy Esmond Broom, luchamos juntos hace no mucho tiempo, no creo que me haya olvidado -contestó el hombre.

-Ser Esmond... -dijo, confundido- Lo recuerdo, claro que sí. ¿Pero cuál es la armadura que lleva ahora? La última vez que lo vi usted era leal a los Lannister.

-Y aún lo soy, Ser. Esta es nuestra nueva armadura, simboliza la unión de las Casas Lannister y Reyne. Lady Ellyn Tarbeck hizo que preparan una para todos los que nos quedamos aquí, y también para los que volvieron...

«¿Para los que volvieron de dónde?» Se preguntó Ellys.

-Mi lady -Esmond se volvió hacia Ellys- Debe venir con nosotros, sus acompañantes pueden seguirnos. Una vez que cruce las murallas estará a salvo, pero incluso aquí, hay espías de los gorriones buscándola. El maestre Franket la espera en su Torre.

Los Últimos Reyne II | Fanfic GOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora