LXXIV. La Marca

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Tierras De Los Ríos
Aguasdulces

El camino estaba cubierto por varios centímetros de nieve. El Piedra Caída no se había congelado aún, pero de seguro lo haría cuando el invierno se acentuará más.

Jaime se dio cuenta que en ese momento, Aguasdulces le gustaba tanto como Winterfell, nada.
Odiaba el frío y la nieve. Era casi tan molesto como el asfixiante sol de Dorne.

Sus guardias le abrieron las puertas. El patio del castillo estaba vacío, y el único ruido que se oía, eran los caballos relinchando en los establos.

Después de ser expulsado de la capital por la nueva reina, tomó el Camino Dorado para regresar a Roca Casterly. Cerca a la Cascada del Volatinero, Bronn se reunió con él. El mercenario no pretendía dejarlo hasta que Jaime le pagará todas las deudas pendientes. Así que siguieron juntos hasta Cuevahonda, donde fueron interceptados por un emisario de Lord Lydden, uno de los más leales vasallos de Lord Tywin. El hombre le informó sobre la situación de Roca Casterly. Le dijo que tres semanas atrás, varios hombres de Dorne y un Reyne desconocido, habían tomado el castillo y habían cambiado las banderas. Que la mayoría de los soldados que custodiaban la Roca, ahora eran cambiacapas. Y que los que se resistieron, fueron asesinados.

—¿Y mi esposa? —le preguntó Jaime.

—Lady Lannister no estaba ahí, mi Lord —dijo el mensajero— Todos dicen que está en Aguasdulces, o en Puerto Blanco con los Manderly.

Puerto Blanco no era una opción que le agradara. Así que él y Bronn tomaron rumbo a Aguasdulces. Fue una luna más de viaje, atravesando Colina Hueca, Pinkmaiden y el Molino de Piedra. Fue en Pinkmaiden que la nieve los alcanzó, y atrasó por mucho su llegada al que fuera castillo de los Tully.

En el salón principal, se encontró con una mujer demacrada y llorosa, tardó varios minutos en reconocerla como Amerei Rosby, la esposa de Gwilym Swyft.

—Lady Amerei —la saludó. Ella respondió con un ligero movimiento de cabeza.

El Maestre Franket también estaba en el lugar, sentado cerca a las brasas mezclando dos bebidas de diferentes frascos.

—Lord Jaime —Franket se levantó para hacerle una reverencia— Es un gusto verlo aquí. Hubo quien dijo que había llegado a Roca Casterly.

—Parece que tuve buena suerte, igual que usted —replicó él Lannister— ¿Cómo supieron que el castillo sería invadido?

—Alguien advirtió a mi señora, y Lord Gwilym le aconsejó venir a Aguasdulces.

—¿Lord Swyft está aquí? —preguntó, mirando otra vez a la joven esposa.

—Me temo que Lord Swyft es prisionero de Lord Lorean —respondió con pesar— Lo último que supimos, es que sufrió una terrible mutilación.

Amerei oyó parte de la conversación y se echó a llorar. Pidió permiso para retirarse; cuando lo hizo. Franket le contó a Jaime que desde que se supo que Lorean Reyne le había cortado la lengua a Swyft, Lady Amerei pasaba sus horas llorando y lamentándose por la suerte de su esposo. Que apenas probaba bocado, y que muy pocas veces salía de su alcoba.

—¿Dónde está Ellys? —quiso saber Jaime.

Franket suspiró y lo invitó a sentarse junto a él. Por su expresión, pudo darse cuenta que aún habían más noticias terribles que desconocía.
Jaime dejó que hablara; sus palabras eran terribles, lo que había ocurrido, era monstruoso. Narró lo ocurrido en el bosque, con Ellys y su primogénito. Le dijo que desde que ella volvió al castillo, pasaba cada día en las criptas o entrenando con el castellano hasta casi desfallecer.

Los Últimos Reyne II | Fanfic GOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora