Kings Landing
Margaery Tyrell había convencido a Tommen de dar un paseo a caballo hasta Storm End's. Aunque Cersei pidió que los acompañaran más Guardias Reales, la Reina de su hijo sólo pidió a su hermano Loras, y al escudero de éste, un hombre sin título no familia, se hacía llamar Olyvar y según los bajos comentarios, solía servir para el placer de los hombres en el prostíbulo de Petyr Baelish. Ellys Reyne también había ido con ellos, y por supuesto, a donde iba la Reyne, iba Lord Lothston.
A dónde volteara, algo le recordaba a Cersei que estaba perdiendo el control del reino. Los Tyrell lo habían invadido todo, incluso en los telares que decoraban las salas resaltaba más la rosa dorada que el gallardo león.
«Por todas partes apesta a rosa.» Pensó hastiada.
Balon Swann estaba al pie del estrado, hablaba sobre los problemas que habían tenido en los últimos meses. Sin un maestro de moneda designado, la administración de los bienes era un desastre.
—¿Qué hay de Baelish? —preguntó La Reina.
—Hasta donde sé, Lord Baelish debe seguir en el Nido de Águilas.
«Cierto, cierto, por allí andaba.» Después de lograr la alianza con los Tyrell, él se había ido a pedir la mano de Lysa Arryn, la viuda sosa de Jon Arryn, quien también era hermana de Catelyn Stark. Lysa podía haber sido un problema antes, era más que probable que su esposo le hubiera hablado sobre sus sospechas del verdadero origen de los hijos de Cersei. Pero Lady Arryn ya no era un problema. La maldita loca se había aventado desde La Puerta Lunar poco después de contraer nupcias con Petyr Baelish. Estaba muerta, y sus restos no eran más que trozos de carne sobre un peñasco lejano.
—Baelish no es de confianza, pero tiene la habilidad de conseguir oro de donde sea —los idiotas pensaban que hacía aparecer cofres llenos de oro con solo chasquear los dedos— Envienle un cuervo y díganle que venga a la capital con urgencia.
—Alteza... Él debe seguir de luto —titubeó Lord Swann.
—Es Baelish —rió— Dudo que haya guardado un sólo día de luto por esa mujer. Has lo que ordene, y traerlo aquí.
El siguiente en ponerse frente a ella fue Meryn Trant.
—Su Alteza... —el hombre se arrodilló frente a ella. Tenía la capa sucia y mal arreglada.
—¿Qué forma es esa de presentarse ante mí? —exclamó Cersei.
—Hubo una revuelta en la plaza. Unos rufianes han estado asustando a la gente. Incluso desnudaron al Septón Supremo y lo hicieron caminar desnudo por la plaza.
«¿Ahora que hizo ese viejo lascivo?» Iba a reírse, pero no estaba sola en el salón.
—¿Unos rufianes, dice?
—Si, su alteza. Iban sucios y andrajoso, con hachas y escudos de cuero. Algunos se habían cosido estrellas en los jubones, estrellas sagradas de siete puntas.
—¿Son esos que se hacen llamar gorriones?
Su primo Lancel se había unido a ellos, renunció a su derecho en Lannisport para seguir a esa especie de secta.
—¿Y qué se sabe de ellos? —quiso saber Cersei— ¿Buscan riqueza, poder...?
Ser Balman Stockeworth dio un paso al frente y tomó la palabra.
—Su alteza —la reverenció— Por lo que dicen, buscan limpiar esta ciudad del pecado. Castigan a las prostitutas, a los adulteros y a los sodomitas.
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Los Últimos Reyne II | Fanfic GOT
Fanfic«Pero ahora lluvias lloran en su salón, con nadie que las escuche. Sí, ahora las lluvias lloran en su salón. Y no hay ni un alma para oír». Después de la fallida rebelión de la Casa Reyne contra los poderosos Lannister de Roca Casterly; Tywin Lannis...