I. Dorado Y Escarlata

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Tierras De La Corona
Kings Landing
303 d.C

—Padre, herrero, guerrero, madre, doncella, vieja, desconocido... —los votos resonaban en el Gran Septo, produciendo un eco tenebroso entre los pocos asistentes.

«—Se casará por amor, por obligación y por venganza. —había dicho Zepra, cuatro años atrás.

—¿Estás diciendo que me voy a casar tres veces? —preguntó Ellys en aquél entonces.

—O puede que sólo una, puede que su matrimonio empiece con obligación, luego pase a ser por venganza y finalmente por amor. O puede que se case por amor, y luego... Ya sabe, el orden se invierta. R'hollr no fue claro en ese sentido.»

Parte de eso se había cumplido, amaba a Theon cuando lo tomó como esposo. Y sintió que lo odiaba cuando supo de sus acciones contra los niños Stark.

—Yo soy suya y él es mío —dijo la novia.

—Yo soy suyo, y ella es mía —dijo el novio, al unísono.

«—¿Viste quién era mi esposo? ¿Lo conozco? —entonces, albergaba un ápice de esperanza de que ese esposo fuera Robb.

—Lo conoce —sonrió la sierva— Pero no es Robb Stark. Usted nunca se casará con Robb Stark.»

Aquella parte también estaba cumplida, él era un cadáver desaparecido, y ella se estaba desposando con el heredero de los grandes enemigos de Robb.

Stevron Frey, como esposo de su madre, ocupaba el lugar de su padre. Él le retiró la capa de los hombros. Era plateada en el fondo, llena de cristales braavosi que brillaban cada vez que la luz daba contra ellos; en el medio estaba el león rojo de los Reyne, bordado en hilos de seda y cubierto de pequeños rubíes sobrepuestos uno sobre otro.

A continuación, Jaime Lannister la cubrió con la capa de su Casa: roja, como la sangre que se había derramado en la boda de Roslin Frey y Edmure Tully. Sobre ella, se alzaba el esplendoroso león dorado, hecho con hilos de oro y pedrería de amatista.

Jaime estaba disfrutando de esa unión, tanto como ella. Pero él no hacía intento alguno por disimularlo. Aún así, en todo momento se mostró respetuoso de la que sería su esposa.

—Con este beso, te entrego en prenda mi amor y te acepto como mi señora y esposa —exclamó el Lannister.

—Con este beso, te entrego en prenda mi amor y te acepto como... Como mi señor y esposo —respondió Ellys.

El Matarreyes fue quien se acercó a besarla. Casto y rápido, muy lejano al que habían compartido mucho tiempo atrás; cuando tras beber algunas copas, Jaime confundió a Ellys con Cersei y la besó en medio de la plaza de Kings Landing, con furor y desenfado, explorando con confianza el interior de su boca con la lengua.

—Aquí —entonó el Septón Supremo— Ante los ojos de los dioses y los hombres, proclamo solemnemente a Ellys de la Casa Reyne y a Jaime de la Casa Lannister, marido y mujer, una sola carne, un solo corazón, una sola alma, ahora y por siempre, y maldito sea quien se interponga entre ellos.

Jaime tomó a Ellys de la mano, para bajar juntos las escalinatas del Septo. Ellyn Reyne ocupaba el primer lugar en la fila de las personas que debían saludar, su sonrisa era resplandeciente y aterradora. Esa boda era solo el comienzo de un plan trazado por décadas.

«Una vez que abandone El Norte, su vida estará llena de lágrimas y cenizas por mucho, mucho, tiempo —le advirtió Zepra.

Los Últimos Reyne II | Fanfic GOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora