Ester Exposito
Estar con Itzan me hacía sentir mejor y mejor, cada día que pasaba. No sabía lo que me pasaba, será que de verdad me estaba enamorado de él o quizás estaba creyendo en eso porque me sentía tan bien con él.
Estábamos dormidos en la cama, nos estábamos mirando, quería decirle la verdad ya pero no sabía cómo.
-¿Te pasa algo? – me pregunta, acariciando mi mejilla
-¿Me quieres de verdad o solamente lo dices así sin pensarlo? – le pregunto
-¿A qué viene esto? – dice, dejando de acariciarme
-Es simple pregunta, necesito estar segura de que me dices la verdad cada vez que me dices que me quieres. – digo
Estaba dispuesta a decirle la verdad pero antes de hacerlo debía hacerme segura de que él no estaba jugando conmigo y que era sincero.
-Ester, te quiero tanto que estoy dispuesto a hacer cualquier cosa por ti. No quiero verte triste o decepcionada, quiero hacerte feliz para siempre. Mi vida cambio desde que llegaste tu y estoy muy agradecido por eso. Aprendí muchas cosas, jamás pensaba que mi vida iba dar ese giro inesperado. – dice, mirándome en los ojos
No tenía suficiente valor ni fuerza a decirle que la que estaba jugando era yo.
-¿Me crees ahora?-me pregunta con esos ojos marrones
En el fondo sabía lo que me pasaba, Danna tenía mucha razón.
-Eres increíble. – le digo
Me levanto y sentaba sobre Itzan.
Quería estar con él en ese preciso momento, lo necesitaba mucho.
-Joder, me vuelves loco. – me dice
Yo pongo manos sobre cara de Itzan, mirándole, sonriéndome.
-¿Cuanto? – le pregunto
-No tienes ni idea. – contesta
Le doy un beso grande en los labios, nos estábamos comiendo como si no habíamos comido en tres días. Los besos de Itzan eran como un sueño, era increíble besarle, me hacía sentir como nadie.
A veces me recordaba de Álvaro y como le engañe con Itzan pero lo que menos duele es su decisión de aceptar el perdón.
-¿Sabes porque me ponía tan celosa por Sara? – le digo, dejando de besarle
El me estaba mirando muy serio.
-¿Porque?- pregunta
-A veces recuerdo que clase de persona eras cuando nos conocimos y pienso que una chica es suficiente como para que vuelvas a ser Itzan de antes.- le digo, sincera
El pone mano sobre mi pelo.
-Eso no va pasar, jamás. Tu eres mía y yo soy tuyo, nada cambiara eso. Para mí no existe nadie más que tu. – dice
Nos estábamos mirando en los ojos por un momento.
-Tengo mucho miedo, Itzan. – le confieso
-¿Miedo de que? – me pregunta
-De todo, me da mucho miedo pensar que algún día podrías llegar a odiarme mucho. – le digo
-No te puedo odiar, yo te quiero. Jamás te iba odiar, hagas lo que hagas. – dice
-¿Lo prometas? – le pregunto
-Si. – contesta
Le vuelvo a besar, estar allí con él me hacía sentir como si iba quedar sin aliento.