65

499 34 2
                                    

Itzan Escamilla

Estaba muy sorprendido por todo lo que Ester me decía en el club, no creo que lo merecía.

Siguiente mañana despertaba en casa de Sara, en sofá. Estaba solo, no me había enrollado con ella porque no quise.

-Buenos días. – dice Sara

-¿Dormiste en tu habitación? – pregunto

-Si. – dice, acercándose a mi

Yo me estaba levantando, poco a poco.

-No te preocupes, no paso nada. – dice

-Si, lo sé. – le digo

Ese comentario me hizo creer que ella realmente quería estar conmigo anoche pero yo no podía acostarme con ella y prometerle algo que ni yo mismo estoy seguro que es, al menos no todavía.

-Debía irme a casa. – digo

-¿Ya te vas? – pregunta

-Si, no me hace bien quedar dormido en casa de otras personas. – digo, bromeándome

-¿Nos vamos a ver pronto o no? – pregunta

-Claro.  – contesto

-Digo por tu reputación, ya sabes. – dice

-Joder, pensaba que gente se había olvidado de eso, al menos tenía dos relaciones serias en mi vida. – digo

-¿Esa chica de que vimos anoche era tu ex novia, verdad? – dice

-Si. – contesto

Según Ester ahora somos amigos y así debía hablar de ella, no entendí porque de repente me estaba tratando así, yo me sentía bastante dolido y tenía todo el derecho comportarme grosero con ella.

No entiendo porque nadie ve que yo estaba sufriendo más que ella, me rompió el corazón y ahora pretende olvidarse de hecho de que estábamos juntos.

-¿Y aun sientes algo por ella? – pregunta

-¿A qué viene esto? Si no habíamos tenido relaciones es porque no quiero quemarme de nuevo, quiero empezar algo cuando esté listo y pensaba que estabas de acuerdo con eso. – digo

-Si, si, solamente me preguntaba si sigues enamorado de ella después de lo que te hizo. – dice

-Lo que teníamos fue una mentira y ya, no hablamos de ella, nos vemos pronto. – le digo, dándole beso en mejilla

Al entrar en apartamento, me encontraba con una persona muy desconocida.

Era un chico de pelo negro y ojos azules, estaba preparado para echarle de allí ya que no le conocía.

Estaba tomando un chaquete y dejando nota en mesa.

-¿Quién eres tú? – le digo, acercándome a el

-¿Y quién eres tú, amigo? – dice

-No soy tu amigo. – le digo, cruzando los brazos

-Tranquilo, soy Iván, el amigo de Ester. – se presenta

Lo sigo mirando en silencio.

-Voy a dejar esta nota para ella. – dice, dándome

-¿Por qué no te vas de aquí ahora mismo? Yo no te conozco, así que vete. – digo, enojado

-Cálmate, ya me voy. – dice y sale de apartamento

No podía controlar mis ganas de leer la nota, no sé si fue por simple curiosidad o alguna otra razón.

La abrí, leyendo en voz baja.

-Anoche fue espectacular, nos vemos pronto, preciosa. – lo leí

Dejaba nota en la mesa, no quería tirarla porque eso significaría que me importaba.

-Que idiota. – suspiro

Ester estaba saliendo de su habitación, estaba en una camiseta muy larga y tenía mucho sueno.

-¿Cuándo llegaste? – pregunta

-Ahora. – contesto

La estaba mirando, un poco decepcionado y enojado.

-¿Por qué me miras así? – preguntaba

-Conocí a ese amigo tuyo. – le comento

-¿Iván? – pregunta

Yo asiento con cabeza, no me gustaba su nombre y ya sabía que jamás iba poder soportarlo.

-¿Cómo pudiste hacer eso? – pregunto

-¿Perdón? – dice, acercándose a mi

-Te acostaste con el primer tipo que conociste. – digo

-Ya, no sabía que estoy hablando con el santo Itzan. – dice, irónicamente

-Lo conociste anoche, supongo. – digo

-Si, lo conocí anoche. ¿Y sabes qué? ¡Prefiero estar con él porque creo que tiene claro que quiere estar conmigo y no como tú! – dice, levantando su voz

-No creo que le gustaría estar contigo si supiera que estás jugando con el así que tenía todo el derecho de comportarme a mi manera. – digo

Ella se acerca a mi aun mas.

-Deja de meterte en mis asuntos. – dice

-Somos amigos. ¿Los amigos hacen ese tipo de cosas o no? – pregunto

-No sé, dime tu. – dice, con pequeña sonrisa

Creo que ella quedaba satisfecha y contenta de que lograba provocarme.

-No sabías que eres así. – digo

-¿Así como? – pregunta

-Así, irte cada noche con uno. – digo, sin pensar en mis palabras

Ester no tenía mucho tiempo para pensar, me dio una cachetada.

-No tienes ningún derecho a faltarme respecto de esta manera. – dice, con ojos llenos de lagrimas

-¿Sabes que no me había acostado con nadie desde que habíamos terminado todo? Eso se llama respeto. – digo

-No me hagas reír, por favor. Llevo mucho tiempo tratando a pedirte perdón y ganar tu confianza pero tú no me dejas. Eres tan difícil persona, demasiado tenso, contigo nada es simple, pensándolo bien era tan difícil quererte y estar a tu lado. Tienes tantas problemas y no quieres hacer nada para resolverlos y yo ya estoy harta de todo esto. – dice, entrando en habitación

Esas palabras fueran demasiado para mi, quizás tenía problemas pero no era fácil resolverlos o aceptar ayuda de otra persona. El hecho de que se acostó con otro tío me hico enojar tanto porque eso significa que no le importaba para nada, no tenía ni siquiera poca dignidad como para no enrollarse con primer tío que conoció, eso me enojaba mucho.

SuncityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora