48

626 29 0
                                    

Ester Exposito

Una semana después del entierro todo parecía volver a normalidad, menos mi sentimiento de culpa cada vez que besaba a Itzan.

Esa mañana el se fue a universidad para volver a su vida antes de muerte de su padre.

Yo aproveche tiempo libre para volver a hablar con Miguel, quien sigue sin decirme una sola palabra desde hace días.

-Buenos días. – le digo al verle leer un libro

El me vea pero no me saluda.

-Joder, Miguel. ¿Piensas seguir así? – pregunto

Miguel cierra libro, enojado.

-¿Qué quieres que te diga? – dice

-Eres mi amigo, me puedes decir lo que quieres, yo lo puedo soportar. – digo

-Pues, menos mal porque no creo que Itzan podría soportar tenerte cerca al descubrir todo. – dice, acercándose a mi

-Necesito un poco de tiempo, eso es todo. – digo, casi rogando

-¿Estas de broma? – preguntaba

-No. Quiero hacerlo de mi manera pero no puedo darle un golpe más después de muerte de su padre. Sé que tu tampoco haría una cosa así. – digo

Estaba tratando a encontrar cualquier excusa solamente para poder seguir estando con Itzan antes del caos que viene.

-Ester, así no vas a lograr nada. El va terminar descubriendo de todos modos, te va odiar y se va enojar conmigo. Y quien sabe que va a pasar después por que te voy a decir una cosa, tengo miedo. Itzan parece normal y mejor persona pero esto podría matarlo y entonces ni tu ni yo ni mismísimo dios va conseguir hacerle volver a este camino. – dice, sincero y más preocupado de lo que parecía

-No digas eso, no voy a soportar si le pasa algo. – digo, muy tensa

-Tú mismo lo hiciste, Ester. No puedes jugar con vida de los demás, sobre todo con alguien como Itzan. El es como una bomba, es fácil explotar nada mas debes empujarlo un poco y ya. Yo le conozco de toda la vida, tenia malos momentos y si eso vuelva a pasar no creo que podría sobrevivir. – dice

Me estaba preocupando por todo lo que decía, no quería ser causante de eso, no quería que nada malo le pasa. Lo quería y jamás podría verlo sufriendo aun que sabía que iba sufrir por mi culpa.

-Ester, tienes dos días, eso es todo. Si no lo haces, yo le cuento todo. – dice

Miguel era muy serio, decidí aceptar eso y decirle todo en dos días. Ese día no era un día cualquiera, no podía soltar una bomba así tan rápido.

El hecho de que Itzan volvió a normalidad no significaba que iba tomarlo bien.

En el fondo quería seguir mintiendo y estar con él pero sabía que no podía, no sería justo hacer una cosa así. Todo sobre esta apuesta se estaba acercando a mismísimo final, yo le quería de verdad y esperaba que el podría comprenderlo y reconocer que él también se dio cuenta de que esos sentimientos existieron por mi parte.

Al entrar en mi habitación abrí el cajón donde se encontraba el anillo, lo estaba mirando.

Sentía tanta pena por tener que rechazar una oportunidad de estar con Itzan para siempre pero todo es culpa de mis juegos.

Volví anillo donde estaba y notaba la camiseta azul de Itzan en cama, la tomaba en manos, la olía.

Estaba sintiendo como si Itzan estuviera en esa misma habitación conmigo, el tenia tan gran efecto en mí, no sé que voy a hacer sin él.

SuncityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora