Ester Expósito
Aun sentía mucha culpa y tristeza porque Itzan al fin eligió a mí y no a Claudia.
La noche que bebimos solo fue eso, no paso nada más que un beso y eso fue suficiente. Tenemos que saber cómo no pasar los limites.
Itzan lleva dos días muy extraño, sé que no tenía nada que ver con Claudia, esto fue otra cosa.
Seguía en su móvil todo el día, no sé qué estaba haciendo pero debe ser bastante importante.
-¿Quieres ver alguna película? – le pregunto
-Luego. – contesta
Yo siento a su lado en sofá, quería averiguar que le pasaba y a ver si le puedo ayudar de alguna manera.
-¿No sigues pensando en lo que paso entre nosotros esa noche que bebíamos? – le digo
-No, no es eso. Es que mi profesor me llamaba y me dijo sobre una oferta de empleo, no sé si aceptarlo o no. – dice
Esa fue una noticia muy buena, se que a Itzan le gusta lo que está estudiando y podría hacer grandes cosas con eso.
-Pero eso esta estupendo. – digo, muy feliz y contenta
-Si pero es en México, tendría que estar allí por un mes. – dice
Eso no me hacía muy feliz, no podría soportar viviendo sin el por un mes, es demasiado tiempo.
-¿Qué piensas hacer? – le pregunto
-Creo que voy aceptar esa oferta. – dice
No sabía que decirle, fui feliz por el pero sentía como si lo iba perder para siempre, un mes es demasiado, muchas cosas podrían ocurrir y cambiar.
-¿Crees que no debía hacerlo? – me pregunta
-Es tu vida, tu decisión, si es tu sueño entonces debías hacerlo. Se cuanto te gusta arquitectura, seria mal echar a perder una oportunidad así. – le digo, sincera aun que me dolió un poco
El me sonríe, abrazándome.
Quería quedarme así todo el día, no quería dejarlo ir pero era lo mejor para los dos.
-Podríamos ver Historia de un matrimonio esta noche. – me dice
-¿De verdad quieres ver esa película? – le pregunto
-Si, me gustaría verlo contigo. Desde hace tiempo que Sara quería verlo pero en realidad tu eres la única persona con la que quiero verlo. – dice
Eso me hacia feliz, nuestra relación fue muy especial, pensándolo bien.
Nos estábamos mirando en los ojos por un momento, yo ponía mano sobre su mejilla.
La siguiente cosa que podría ocurrir es besarnos pero nos detenemos al oír timbre de puertas.
Yo me levanto, abriéndolas, fue Danna.
-Hola, cariño. No contestabas mis llamadas así que decidí venir a buscarte. – dice, entrando
Itzan se levantaba de sofá pero Danna aun no se dio cuenta que el estaba allí.
-¿No me digas que sigues despechada...? – empieza decir pero Itzan la interrumpe
-Hola. – dice
-Itzan, no te vi. – dice, dándose cuenta que podría decir delante de el
-Nos vemos luego, disfruten. – dice, saliendo del piso
-Joder, Danna, tienes que tener mucho cuidado con lo que dices. – le comento
-¿Y a ese que le pasa? – pregunto
-Se va a México, eso le pasa. – digo, triste
-¿A México? ¿Para siempre o qué? – dice
-Por un mes pero eso parece una eternidad. – comento
-Entonces debías decirle como te sientes antes de que se vaya. – dice
-No, es oportunidad perfecta para él, no puede ser esa persona que le impida irse porque sigo sintiendo algo por él. – digo
-Ya veo que vas a sentirte triste todo el mes, hasta que el regresa y eso significa que yo voy a tener que levantarte el ánimo. – dice
-Voy a estar bien, te lo prometo. – le digo, abrazándola
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