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Itzan Escamilla

Desde que Ester me dijo sobre su plan de irse a vivir en Barcelona no sabía cómo reaccionar.

Si no quería que se fuera es porque le tengo tanto cariño que quiero seguir siendo su amigo y estar hablando con ella todos los días.

La necesito como amiga, más que nunca.

Sabía que debía hacer esfuerzo para convencerla quedarse aquí pero no sabía cómo, al parecer ella había tomado decisión final.

No hemos hablado mucho estos días pero la extrañaba tanto que me dolía saber que no voy a poder tenerla cerca de mí.

No quería volver con ella pero a veces creo que es la única persona con la que realmente puedo hablar sinceramente. Ella jugaba conmigo pero sé que no estaba fingiendo cuando estaba conmigo después de todo el rollo con mi padre.

-¿Crees que de verdad piensa irse? – pregunto a Miguel

-Si. – contesta

-Joder. – digo

Estaba tan enojado por el hecho de que jamás me preguntaba a mí que pienso sobre su decisión de irse pero no tendrá porque preguntarme, no soy su marido o no sé qué.

-¿Por qué sigues con ese empeño de que se queda aquí? – pregunta

-Pues, no la quiero perder como amiga. – digo

-Ya, ella podría creer en esas estupideces pero yo no. Te conozco, no quieres que se vaya porque en el fondo sigues queriéndola y piensas que podría llegar el momento cuando decidas querer estar con ella de nuevo. – dice

-No es por eso. – digo, defendiéndome

-Por favor, Itzan. Reconócelo de una buena vez, sigues enamorado de ella y por eso no quieres perderla. – dice

-No sabes lo que dices, estoy haciendo cosa correcta y ya tengo ganas de dejarla hacer lo que quiere porque tú sigues diciendo estas estupideces de que yo sigo enamorado de ella. – digo, casi gritando

-Está bien, si no quieres reconocerlo no tienes que hacerlo. Mucha suerte porque la vas a necesitar. – dice

No quería pensar sobre lo que me dijo Miguel porque si empezaba pensar en eso llegaría hasta ese punto te volver con ella y no quería que eso pasa. La quería como amiga, no podía perderla para siempre por mi orgullo, su decisión de irse vivir allí significaba que tendría que echarla de mi vida para siempre porque no creo que tenía ganas de visitarla todos los días a otra ciudad.

Después de irme a gimnasio decidí tomar una ducha bien fría, no podía dejar de pensar en todas las cosas que ocurrieron en esos últimos días.

Llamaba Ester varias veces pero ella no contestaba su móvil, eso me preocupada, quizás estaba enojada por mi reacción.

Decidí quedar en casa y ver alguna película, dejar de pensar en todas las cosas que me estaban molestando.

Pocos minutos después alguien tocaba las puertas, no tenía ganas de levantarme y abrirlas pero al fin decidí hacerlo.

Al abrirlas veía a Ester, me molestaba que estaba tocando las puertas ya que tenía las llaves, eso significaría que de verdad está pensando en largarse de aquí.

-¿Dónde está tu llave? – pregunto al dejarla entrar

-Lo olvide en casa de Danna. – contesta

-Te estaba llamando varias veces, no contestabas. – digo

-Es que... vine a despedirme. – dice

-¿Qué? – digo con voz alta

-Itzan, ya te dije como están las cosas. No tengo porque quedarme aquí, es mejor que me vaya. – dice

-No te puedes ir. – digo

-Tu no me quieres aquí, se que dices que me has perdonado pero dudo mucho que serias capaz de hacerlo al menos no por un tiempo. Te quiero y no quiero seguir haciéndote daño. – dice

-Joder, que estoy harto de llevar una misma conversación una y otra vez. No me estás haciendo daño, estoy bien, simplemente no quiero perderte. Eres la única persona con la puedo llevar una conversación normal, siempre me escuchas y siempre has estado allí incluso cuando mi padre murió. – digo, acercándome a ella

-¿De verdad piensas eso? – pregunta

-Si, te quiero en mi vida a pesar de todo lo que paso. – digo

Ella sonríe.

-Se que jamás vamos a poder estar juntos pero al menos quédate, te necesito mucho en estos momentos. Desde que mi padre murió tengo tantas ganas de emborracharme y seguir así todas las noches. Mi vida ha sido una mierda, ya casi me voy a gimnasio, si lo hago es pocas veces. Tengo tanto miedo de convertirme en el pero también tengo ganas de beber y romper algo o pegarle a alguien. Es como si no entiendo que en realidad quiero hacer con mi vida, estoy dormido pero también lo estoy, me estoy volviendo loco. – digo, con ojos llenos de lagrimas

-No sabía que te estabas sintiendo así, pensaba que todo pasaba por mi culpa. – dice

-Si te vas no sé que voy a hacer con mi vida, no puedo imaginar no hablar contigo o pedirle por consejo o ver una película. – digo, sincero

-Ya, pues yo tampoco quería irme pero no sé si podía seguir viviendo aquí, contigo. – dice

-Mira, todo va salir bien, tienes que confiar en mí. Te tengo mucho cariño, eso ya te lo dije muchas veces, jamás voy a tratarte así como te trataba pero también quiero que tratamos a ser amigos como antes. – digo

-Vale.- ella dice

Yo me sonrió, todo lo que le dije era verdad, la necesitaba, tenía un sentimiento raro, sentí como si me estaba ahogando, me sentía aburrió y en misma vez triste y hablando con ella podía olvidarme de esos sentimientos que me hicieron sentir fatal.

Tenerla cerca va ser difícil pero no pienso romper mi promesa, no pienso reconciliarme con ella o volver a acostarme con ella pero voy a seguir estando allí así como ella lo estaba.

Eso es una promesa que pienso cumplir sobre todo después de tener esa experiencia de intoxicación con alcohol, eso fue la peor cosa que me podía haber pasado pero ella estaba allí y es bonito saber que podía confiar en ella aunque la estaba tratando muy mal.

-¿Entonces, te quedas? – digo

-Si. ¿Vamos a ver una película? – dice

-Vamos. – le digo

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Les dejo uno mas, nos leemos pronto!

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