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Itzan Escamilla

Me preocupaba todo lo que Ester decía sobre mudarse a otro lugar, me sentí perfectamente bien viviendo en Madrid toda la vida.

En cuanto regresamos de hospital ayudaba a Ester con todo, no quería hacerla sentirse mal o volver a tener dolores.

-Te prepare comida. – le digo

Notaba que tenía mucho de sueño y eran las ocho, así funcionaba mente de embarazas, eran como bebes durmiendo en las ocho y levantándose temprano.

-¿Ya tienes sueno, verdad? – le pregunto

Ella asienta con cabeza.

-Lo siento, Itzan. – dice

Yo sentaba a su lado, tomándola por mano.

-Por mí no te preocupes. – le aseguro

-De seguro no pensabas que todo esto iba a pasar cuando descubriste que estoy embarazada, te estás aburriendo aquí conmigo. – dice, triste

-Espero que eres tan sentimental por hormonas, tu no me aburres, es normal que te sientes así. – le digo

-¿No ibas a salir esta noche? – pregunta

-No, Miguel no puede así que me quedo aquí contigo. Puedes irte a descansar un rato si quieres, yo voy a ver una película. – le digo

-¿Te espero en la cama, vale? – dice, dándome un beso en labios

Me estaba aburriendo toda la noche, entendí el estado en cual se encuentra Ester, no le culpaba por sentirme aburrido.

Decidí salir un rato y tomar una cerveza, caminaba y decidí sentar en el primer bar que encontré.

No había mucha gente así que decidí sentarme a una mesa al lado de puertas, fue más cercana.

-Una cerveza, por favor. – le digo al camarero en cuanto se acerca

Tomaba móvil, revisando por si acaso Ester me dejaba un mensaje, no quería preocuparla.

-¿Puedo sentar aquí? – pregunta una mujer

Era bella, atractiva, no entendí porque se acercaba a mí, desde hace tiempo que no hago caso a ninguna otra mujer que Ester, mentiría a mi mismo si diría que no siento atracción por otras mujeres, no soy ciego.

-¿Por qué? – le digo

-Estoy sola y veo que tu también así que podemos hablar al menos. – dice

Su forma de hablar era interesante, me gustaba su voz, su vestido y sobretodo su manera de comportarse, era elegante.

-Vale. – le digo

Ella sentaba a mi lado, no podía dejar de mirar su piernas, creo en esa regla de que puedo mirar pero no tocar.

Camarero se acercaba, dándome una cerveza.

-Un Martini. – dice la chica

Camarero asienta con cabeza, alejándose de nosotros.

-¿Martini? – le pregunto

-Si, que yo no bebo cervezas, perdón. – dice, haciéndome reír

-Yo soy Itzan. – le digo

-Eva. – dice, con una sonrisa

-¿Qué haces aquí, sola? – pregunto, curioso

-¿Y tú? – dice

De un momento a otro me acorde de Ester, estaba solamente hablando con esa chica, nada más.

-Necesitaba tomar un poco de aire. – digo

-No estás de ánimo, notaba en cuanto entraste a este bar. – comenta

-Que mala suerte, pensaba estar solo y apareces tu. – digo, bromeándome

Pasamos toda la noche hablando, no hicimos nada más, me gustaba esa persona, hace tiempo que no hablaba así con una mujer, fue increíble pasar entera noche hablando sin tener que sentir tensión o nada mas.

-Voy a tener que irme pronto. – le digo

-Aun no me dijiste que haces solo aquí. – dice, curiosa

-Ni tú. – le digo, mirándola en los ojos

-Acaba de mudarme aquí. – dice

-¿De verdad? ¿Y piensas quedarte aquí por mucho tiempo? – pregunto

-Toda la vida, espero. – dice

-Esa es mi idea también. – le confieso

-¿Entonces, que haces aquí solo? – dice

-Estaba aburrido, mi novia está embarazada y me cuesta mucho aceptar que las cosas van a cambiar. Aun me siento raro con tal solo decirle a alguien, estoy muy afortunado por tenerla, la quiero mucho y quiere tener ese hijo con ella pero las cosas están diferentes. – digo, sincero

-¿Estas huyendo de tu novia? – dice, riéndose

-No exactamente. – digo, sonriéndome

-¿Van a seguir viviendo aquí toda la vida? - pregunta

Esa pregunta era un poco demás, Ester quería irse de aquí, yo no. No podíamos discutirlo en ese momento porque teníamos otras preocupaciones.

-No lo sé, me siento bastante perdido por todo lo que pasa. – digo

Los dos seguíamos hablando, ya cuando era hora de irnos a nuestras casas ni siquiera le di número ni dirección, fue siempre una chica que conocí en el bar y con la que llevaba una conversación normal.

Al regresar a casa, encontraba a Ester dormida en cama, decidí quitar mi ropa y acostarme a su lado, es todo lo que necesitaba.

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